Los refugiados LGTB constituyen una realidad de la que poco se habla, a pesar de que son mucho más numerosos de lo que probablemente imaginamos. No somos muy conscientes de esta problemática, tal vez porque la terrible homofobia que les oprime en su país, no nos afecta.

Pero sí sabemos que en otras regiones del mundo, y no demasiado lejos, la situación para el colectivo no solo es difícil, sino también peligrosa en muchos casos. Así pues, por solidaridad, es importante tener presente que somos privilegiadas, y que mientras aquí podemos organizar una boda con nuestra pareja del mismo sexo, ahora mismo algunas personas están huyendo de sus países para proteger su integridad física y psicológica.

¿Quiénes son los refugiados LGTB?

Cuando hablamos de refugiados LGTB nos estamos refiriendo a una realidad ignorada en el primer mundo y que incluye a personas que se ven obligadas a huir de sus países y sus familias para protegerse de la indefensión que sufren. En muchos casos también huyen de la pobreza, con la esperanza de encontrar la mínima posibilidad de un futuro mejor. Pero además de emprender la marcha para paliar esas carencias materiales, también buscan poder vivir con normalidad, sin esconderse y sin miedo de expresar su propia identidad. Europa suele ser el destino elegido para este colectivo, concretamente países que disfrutan de una mejor situación, entre los cuales se encuentra España. También Estados Unidos suele ser una opción. 

Discriminación en el país de acogida

También hay que apuntar que la gravedad de la situación de los refugiados LGTB es diferente según el caso. Es decir, dentro de esta trágica realidad hay historias mucho más complicadas que otras. Por ejemplo, una vez acogidos en el país de destino, las posibilidades de prosperar estarán relacionadas con su status dentro de la sociedad. Porque lamentablemente, ni siquiera en los países más avanzados en cuanto a leyes y aceptación social, se ha logrado una igualdad real. Un hombre gay siempre lo tendrá más fácil que una mujer lesbiana (por ser mujer y por ser lesbiana). Por no hablar de una persona trans, que deberá enfrentar un nuevo tipo de discriminación, que además se puede complicar si proviene de una etnia racializada. 

A pesar de estas dificultades, muchos refugiados LGTB eligen no regresar a sus países. En la mayoría de los casos, la situación allí es muchísimo más grave. Recordemos que aún hay muchos lugares donde la homosexualidad está perseguida y castigada, con condenas incluso de cárcel,  castigos físicos o la muerte. En otros, aunque la legislación sea menos punitiva, el rechazo social puede ser tan fuerte que la vida de estas personas puede convertirse en un verdadero infierno. 

Como vemos, este grupo de personas arrastran historias terribles de agresiones, miedo, discriminación e incluso violaciones. Y a veces, cuando llegan a su país de acogida, deben pasar por una particular odisea para encontrar un lugar en la sociedad y poder empezar a vivir dignamente.

Conocer la situación de este colectivo de personas es fundamental para poder solidarizarnos y crear una sociedad mejor para todos.