Seguro que has oído en más de una ocasión la expresión «lesbianismo político» pero no tienes del todo claro qué significa. A continuación te lo explicamos brevemente para que luego tú profundices un poco más por tu cuenta, si te interesa esta cuestión.

El lesbianismo político en la segunda ola del feminismo

El lesbianismo político es una postura ideológica dentro del movimiento feminista y aboga por la teoría de que la orientación sexual se puede elegir y que, por lo tanto, las mujeres feministas pueden encontrar una vía de escape del yugo patriarcal, a través del lesbianismo. El origen de esta teoría se sitúa a finales de los años 70, en el surgimiento de la segunda ola del feminismo y las reivindicaciones LGTB.

Pronto se desligó de este segundo grupo activista al que las lesbianas comenzaron a percibir como misógino, sexista, patriarcal y dominado por los hombres. A pesar de tratarse de varones homosexuales, parte de una minoría, no dejaban de ser privilegiados. Carecían de la perspectiva de género necesaria para considerar las necesidades de las mujeres.

Así pues, la lucha LGTB se centraba en el problema del VIH, el matrimonio homosexual, la igualdad de derechos… Es decir, las acciones estaban enfocadas a la integración social y la libertad del individuo, pero no se cuestionaban el patriarcado como institución opresiva, ni las herramientas que emplea para dominar a las mujeres.


En cuanto a la segunda ola del feminismo, el colectivo ‘L’ impulsó mucho su construcción. Supuso para la mayoría un espacio seguro donde reunirse con otras mujeres para organizarse y combatir la opresión y desmontar de una vez por todas los estereotipos con los que el heteropatriarcado constriñe a las personas, y muy especialmente a las mujeres. Pero comenzaron a producirse roces.

En un principio las lesbianas se involucraron en todas las causas, también en las que no les afectaban como, la anticoncepción o el aborto. Pero empezaron a sentir que no había una solidaridad recíproca por parte de las feministas heterosexuales hacia las causas propias de las lesbianas. Y tampoco parecían dispuestas a cuestionar la heterosexualidad obligatoria como forma de control del patriarcado. Y así muchas lesbianas feministas se fueron apartando del movimiento para crear sus propios espacios y su discurso reivindicativo.

¿Se puede elegir ser lesbiana?

En la actualidad, uno de los referentes intelectuales del feminismo español que promueve el lesbianismo político es Beatriz Gimeno. Fue nombrada hace pocos meses directora del Instituto de la Mujer, por Irene Montero. Gimeno sostiene, y lo ha desarrollado en varios escritos teóricos, que las mujeres pueden y deben elegir su modelo sexo afectivo. Y no hay forma más eficaz de combatir las opresiones machistas que optar por el lesbianismo y excluir a los hombres. Al menos según ellas.

En una entrevista, la política y activista afirmaba que el feminismo lucha con empeño y de forma incansable para acotar los daños que la heterosexualidad causa en las mujeres (por ejemplo el derecho al aborto). Pero criticaba que no se hable de que el mejor anticonceptivo es no practicar el coito. Según Gimeno, la lucha feminista se esfuerza en limitar los problemas personales, sociales, económicos y de salud física y mental que afectan especialmente a las mujeres. Sin embargo no se les explica que todos estos problemas se podrían combatir siendo lesbiana.

Obviamente, esta teoría tiene una parte muy oscura. Da a entender que la orientación sexual se puede elegir, una idea en la que se basan las terapias de conversión o el concepto del ‘techo de algodón’, y que es profundamente homofóbica. Por otra parte estaría invalidando los problemas de opresión que sufren las mujeres, al menos a nivel personal, e incluso culpabilizándolas por ‘elegir’ ser heterosexuales.

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