Lesbianas, bisexuales o heterosexuales, y todas las mujeres en general, nos planteamos la maternidad en algún momento de nuestras vidas. Algunas se embarcan en esta aventura con verdadero anhelo, otras simplemente se dejan llevar y algunas deciden abstenerse de esta experiencia vital. Por eso quiero hablarte de la maternidad como opción, no como obligación.
Un 5% de mujeres deciden no ser madres
Según una encuesta realizada por la Universitat de Barcelona, un 25% de las mujeres nacidas en la década de los 70 no van a ser madres por diversos motivos. Un 2% por causas biológicas, el 18% por falta de recursos económicos o por no tener pareja y un 5% por propia decisión. Un fenómeno creciente por el que estas mujeres ya han sido bautizadas como NoMo o No Mothers.
Los datos más recientes apuntan a que las mujeres están retrasando más y más el momento de tener hijos y se contabiliza que hay más embarazos en mujeres de 40 años que en las de 25. Esto se debe principalmente a factores económicos y sociales. En España no se favorece la conciliación familiar y por lo general la responsabilidad recae sobre la mujer en la mayoría de los hogares. Se le suelen presentar dos opciones: o renuncia a su trabajo y su carrera, o bien hace un esfuerzo sobrehumano durante años para poder asumirlo todo. Los datos del Instituto Nacional de Estadística lo confirman: el 2,1% de los padres piden una reducción de la jornada frente al 21,1% de las madres trabajadoras. Por otro lado, el 38,2% de mujeres se apartan del entorno laboral durante más de un año para cuidar de sus hijos, mientras que los hombres suman solamente un 7,4%.
Algo similar ocurre en las parejas de mujeres con la dificultad de conciliar maternidad y trabajo. Algo que se complica con tratamientos de fertilidad y la burocracia y trámites legales posteriores que no siempre resultan fáciles. En muchos casos no se sienten preparadas para iniciar todo este proceso, sin contar con los costes económicos que supone para ellas, incluyendo la opción de adoptar.
El prejuicio de la no maternidad
Sea por el motivo que sea, todas las mujeres que deciden renunciar a la maternidad tiene que soportar un sinfín de comentarios impertinentes y justificarse ante la sociedad por rechazar su función reproductora. Los comentarios más habituales son ‘ya cambiarás de idea’, ‘tienes que darle un nieto a tus padres’, ‘es una decisión egoísta’, ‘eres una superficial’, ‘no sabes lo que te pierdes’, ‘quién te va a cuidar cuando seas mayor’, ‘te arrepentirás’…. y podríamos seguir un párrafo entero. Los hombres por su parte no tienen que dar explicaciones y está bien visto que antepongan sus proyectos profesionales o su libertad, a la opción de formar una familia, tengan la edad que tengan.
Otro aspecto polémico y machista es que los hombres se pueden esterilizar mediante la vasectomía en cuanto cumplen los 18 sin tener que aguantar ninguna opinión ni consejo médico. Esto no ocurre con las mujeres, sobre todo si han decido esterilizarse antes de los 30 sin haber tenido hijos, como si una mujer tomase una decisión así de manera impulsiva. Como si no recibiésemos esa presión social desde que somos niñas y nos regalan muñecos que representan bebés recién nacidos. Una mujer que decide no tener hijos ha reflexionado sobre ello durante muchos años. El instinto maternal es un mito porque no hemos nacido para tener hijos. La maternidad es simplemente una opción.
Es importante que no nos cuestionemos entre nosotras y que avancemos en común para que cualquier decisión que tomemos sobre nuestro cuerpo esté libre de presiones sociales.
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