Como lesbiana, ¿te sientes cómoda saliendo con otra mujer que no es de tu misma etnia? ¿Te has visto alguna vez en la situación de tener una pareja negra, gitana o asiática? Por decir algo… Yo pienso que el amor no tiene color ninguno.

Déjame que te pregunte una cosa, ¿pones algún límite en lo referente al color de la piel o a la etnia? O eres, igual que yo, de las que creen y están firmemente convencidas de que el amor no tiene color?

Las actitudes han cambiado mucho desde la década de los 60. En esa época, los ideales tradicionales, es decir, de ser blanco, heterosexual y con dos o tres niños, jugaban un papel muy relevante en las personas. Hace 50 años, la homosexualidad y los matrimonios (y relaciones) entre personas de diferente etnia no era para nada algo aceptable.

Pero, si el amor no tiene color, no deberíamos preocuparnos por quién nos sentimos atraídas, ¿no?

Es muy importante tener siempre presente que la etnia no es lo mismo que la cultura. Si eres blanca, te enamoras de una chica negra que ha crecido en tu misma ciudad, fue a tu mismo colegio, habla tu mismo idioma y las dos conocéis a las mismas personas, ¿cuál es la barrera cultural?

No se puede escoger de qué color tienes la piel

El color de la piel no es una elección. Juzgar a las personas o las relaciones basándote solo en eso es, en el mejor de los casos, muy estúpido y en el peor de los casos, refleja una ignorancia total y absoluta.

Si una relación entre dos adultas de diferentes orígenes, raza, países y cultura funcionará o no depende únicamente de las personas.

Cuando amas a una mujer la amas por ella misma, porque es especial y porque te hace feliz. El color de la piel o la raza para mí no entra en la ecuación, es completamente irrelevante. ¿Y para ti? Sigo diciendo que el amor no tiene color: ni negro, ni blanco ni azul.

Al igual que nuestras contrapartes heterosexuales, las lesbianas que van más allá, sin tener en cuenta la raza debemos luchar contra el racismo social y las desigualdades sexuales.

Un estudio de Hyra afirma que cuando las minorías deben enfrentarse al odio hacia la comunidad LGTB por no ser blancas, estas se desmoralizan y piensan que son de segunda, y que no merecen amar ni ser amadas. Y empiezan a odiarse a ellas mismas.

¿Influye la discriminación social en las relaciones?

Algunas mujeres que he conocido emprenden relaciones interraciales como forma de rebelión, otras tratan de hacerlo por odio a sí mismas.

El hecho de que algunas prefiramos mujeres con ojos azules o marrones es una preferencia totalmente superficial, y lo aceptamos.

También me han contado algunas mujeres que, cuando están en casa y viven en pareja con alguien de otra raza, no les importa, pero la cosa es que cuando salen a buscar pareja, el color de la piel sí que es algo que tienen en cuenta.

Depende de nuestra comunidad LGTB abrazar sinceramente la bandera del ‘arcoíris’ que nos ha unido. Después de todo, sabemos perfectamente qué se siente ser mal mirada, ignorada en oportunidades laborales, excluida y por lo general (eso está cambiando poco a poco) ignorada por el mundo heterosexual.

¿Y tú, qué opinas?