Una activista rusa trans ha sido condenada a pena de cárcel en una institución para hombres por protestar contra los cambios en la Constitución que atentan contra la población LGTB. Dada su condición de mujer, teme que otros presos puedan agredirla sexualmente o violarla.
Polina Simonenko ha sido declarada culpable por el Tribunal Superior de Moscú por reiteradas violaciones de las leyes de protesta tras manifestarse contra los cambios que harán que Vladimir Putin borre a las personas trans y erradique cualquier posibilidad de lograr la igualdad en el matrimonio para los transexuales.
El grupo de derechos LGBT Grazhdanskoye Obshchestvo ha manifestado su temor a que Simonenko pueda sufrir comentarios obscenos por parte de los funcionarios de prisiones masculinos, así como a posibles violaciones por parte de los presos. Esto es un resultado cruel y humillante del sistema de cárcel ruso, el cual proporciona poca protección para los reclusos trans.
Según los informes oficiales, la policía rusa espió a la activista trans rusa mientras ella usaba el baño de una estación.
Simonenko y Mila Zemtsova fueron dos de las más de 30 personas que arrestó la policía y, según los datos de las autoridades, los agentes de policía se negaron a justificar cuáles fueron los motivos de los arrestos.
Más tarde, muchos manifestantes arrestados fueron acusados de «violación de las reglas de participación en un evento público» y posteriormente puestos en libertad.
Sin embargo, Simonenko y Zemtsova continuaron en prisión. Durante la detención, según informa Freedom News, fueron brutalmente torturadas.
Al parecer, la policía ni siquiera permitió a la activista trans rusa utilizar el baño, y cuando no quiso responder a las preguntas, fue golpeada. El Tribunal condenó a Simonenko a pagar una multa de 20.000 rublos y 5 años de cárcel en una institución para hombres, «ya que ella quería ser un hombre».
Putin y sus secuaces quieren eliminar los derechos LGTB en el país
Durante la campaña electoral, Putin prometió hacer una revisión de la Constitución rusa para definir el matrimonio, solo y exclusivamente, como una unión entre hombre y mujer. Y ha cumplido su promesa.
El matrimonio entre personas del mismo sexo está absolutamente prohibido, lo que significa que una revisión constitucional tan solo hará que el camino hacia la igualdad sea infinitamente más complicado.
La ley de matrimonio fue anunciada por la conservadora Elena Mizulina, la artífice de la ley actual de propaganda anti-LGBT del país. Para esta señora, el proyecto de ley, que modificará el Código de Familia de Rusia, se dirige al firme fortalecimiento de una institución tan importante como es la familia.
Esto hará que los derechos trans se vean más dañados aún. Será prácticamente imposible para las personas trans rusas casarse, adoptar niños o cambiar los marcadores de género en sus documentos de identificación, evitando que cualquier persona trans cambie legalmente su género.
Indiscutiblemente, hay países en los que los derechos LGTB van avanzando poco a poco, pero lo que es intolerable es que en un país como Rusia se ejerza tal represión sobre el colectivo.
Claro, que no es la primera vez que pasan estas cosas. Sigue leyendo aquí.
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