¿Alguna vez has tenido que escuchar comentarios insolentes de boca un hombre gay por tu aspecto físico? ¿O te ha dado una palmadita en el trasero bromeando? Es un tipo de discriminación que está presente en el propio colectivo LGTB. Si ya en otra ocasión hablamos de la bifobia, hoy queremos mencionar el problema de la misoginia gay.
Criados en el sistema patriarcal
Toquetear a una mujer sin su consentimiento, saludarla con comentarios aparentemente desenfadados como ‘vaya tetas’, mostrar asco a los genitales femeninos, o querer que no tengan acceso a un bar de ambiente, son solo algunos ejemplos de actitudes machistas que aún hoy día se mantienen de forma bastante habitual en el colectivo gay. Por supuesto que estas conductas pueden darse entre hombres de cualquier orientación sexual, pero resulta más chocante cuando viene de personas que deberían empatizar más con las mujeres, por eso de pertenecer ambos a grupos de la sociedad discriminados a lo largo de la historia. ¿Cuáles son los motivos de este fenómeno?
En primer lugar no podemos ignorar el hecho de que los hombres gays también se han educado dentro de una sociedad patriarcal. Se han criado como varones privilegiados, rodeados de figuras femeninas menospreciadas y cosificadas, en mayor o menor grado. En este entorno social es casi imposible no intoxicarse de una mentalidad sexista y machista de la que incluso la mayoría de las mujeres nos tenemos de desvincular. Loren González, el secretario de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales (FELGTB) también ha hablado de este tema y concuerda con que la comunidad gay también forma parte del sistema patriarcal que arremete contra la mujer desde todos los puntos: comportamiento, cuerpo o aspecto físico.
Esto también se ha visto influido por el hecho de que durante mucho tiempo, el colectivo LGTBI ha estado conformado mayoritariamente por hombres. La presencia y visibilización de lesbianas, bisexuales y transexuales ha reconfigurado la composición del colectivo, pero está claro que aún queda mucho por delante.
Misoginia gay y el asco a la vulva
Pero también hay otras razones que podrían explicar esta misoginia gay: es el desconocimiento de los hombres homosexuales del cuerpo femenino. Es una realidad que les resulta totalmente ajena. Esto puede provocar que algunos sientan rechazo, o que muestren asco hacia los genitales de la mujer. Además, la comunidad gay tiende a ser muy falocentrista. Para comprobarlo no tenemos más que echarle un vistazo a aplicaciones para encuentros sexuales como Grindr, donde el principal reclamo de los usuarios es el tamaño del pene. Esto hace que las distancias entre ambos sexos sea aún mucho mayor y que el rechazo hacia la vulva se agrave.
Por último también existe la idea de que las dificultades a las que se ha enfrentado la comunidad gay han sido históricamente mucho más graves que las de las mujeres. Esto genera cierto menosprecio, que solamente consigue enemistar a dos grupos que han sufrido las terribles consecuencias de la desigualdad y la discriminación.
Afortunadamente, el feminismo se está filtrando por todos resquicios de la sociedad. Incluyendo a este grupo de hombres encasillados en esa misoginia gay que tienen que desaprender. El feminismo es la única herramienta que puede terminar con muchas opresiones, por eso es importante salir a la calle para reivindicar un sistema igualitario en todos los ámbitos.
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