En los últimos tiempos estamos asistiendo a acalorados e incluso violentos debates entre dos grupos oprimidos que luchan por la igualdad y el respeto: por un lado las feministas y por el otro el colectivo trans. Un debate que se ha reavivado tras los recientes mensajes de la escritora J.K. Rowling en redes sociales y que le han costado un sinfín de insultos y amenazas.

Feminismo radical, ¿feminismo TERF?

En todos los movimientos sociales que van cobrando relevancia en la sociedad, van surgiendo tarde o temprano desacuerdos internos y escisiones de distintas corrientes. Con el feminismo sucede exactamente lo mismo. Las teorías de género se han ido mezclando con distintas corrientes de pensamiento a lo largo de la historia, dando lugar a distintos tipos de feminismo: liberal, radical, racializado, ecologista, antiespecista, de izquierdas, etc.

Estas diferencias de pensamiento han convivido sin problemas durante el tiempo, algo que no está sucediendo con una parte del colectivo LGTBI y determinada visión del feminismo radical, a las que se define como TERF (feministas radicales trans-excluyentes). Un choque de perspectivas que parece estar fraccionando al movimiento feminista desde su interior. 

Pero vamos a ver argumenta cada grupo de la manera más objetiva posible. El feminismo considera que el género es una construcción social que se ha venido utilizando por el patriarcado para mantener a las mujeres subordinadas ante los hombres. Por otro lado, el colectivo trans reivindica la ‘identidad de género’ y ahí es cuando chocan ambas visiones, ya que para el feminismo esta idea debilita la lucha por la igualdad, ya que implica aceptar esas normas que han venido encorsetando a la mujer desde hace siglos.

Colectivo trans, ¿caballo de Troya?

Algunas filósofas y pensadoras feministas plantean la necesidad de definir fronteras entre la teoría queer y el feminismo. Se apela al hecho de que el feminismo lucha por derrumbar la jerarquía desigual que existe entre mujeres y hombres, y que sitúa a las mujeres al servicio de la virilidad sin ninguna justificación biológica. Algunas figuras feministas distinguen esta lucha de la que reivindica el colectivo trans, que es llevar el género al contexto de la elección personal. Algo, que según opinan catedráticas como Amelia Valcárcel puede ser como un caballo de Troya en el movimiento feminista. 

Abordar este tema, como le sucedió a la autora de ‘Harry Potter’ implica siempre una fuerte oleada de críticas que incluyen acusaciones de transfobia y calificativos de TERF. Por su parte, asociaciones como La Federación Estatal de Lesbianas, Gais. Trans y Bisexuales (FELGTB) denuncian que estos planteamientos reducen la identidad de las personas a sus genitales, cuando la realidad es que el género es una vivencia personal, interna y que no se puede modificar. No se trataría de una decisión sino de una realidad que se produce independientemente de la educación o la corporalidad, y que esta identidad es mucho más amplia que la binaria. 

Las defensoras de la teoría queer, han cerrado filas para enfrentarse a las TERF y reivindicar su papel dentro del movimiento feminista. Algunas afirman que estas actitudes de rechazo se deben principalmente al desconocimiento de la realidad de las personas trans. Esperemos que con el tiempo se puedan ir aproximando posiciones para unir fuerzas o al menos, luchar en paralelo sin pisarnos las unas a la otras.