El avance tecnológico hace que encontrar pareja cada vez sea más fácil. Y no solo eso, también podemos elegir a nuestra futura pareja a la carta, primando sobre todo el aspecto físico por encima de las cualidades intelectuales o los rasgos de personalidad de cada una. Hay tantas webs y apps de citas como nuevas formas de conductas tóxicas que pueden hacer que nuestra autoestima corra un riesgo real de quedar herida con facilidad. Una de ellas es el zombing.

Primero te ignoro y luego te busco: de fantasma a zombie

Dar calabazas a alguien a través de las tecnologías es tan fácil como “ligar” del mismo modo. Lo cual puede dejar desconcertada a la “víctima” de estas conductas que desconocemos totalmente hasta que nos toca a nosotras. Ya conocíamos el ghosting como el arte de despedirse a la francesa, de la noche a la mañana y sin dar explicaciones. El término para la reaparición del susodicho fantasma es conocido como zombing.

Seguramente nos preguntaremos qué hemos hecho mal, culpándonos de esa desaparición que por lo general habla más de la inmadurez emocional de la otra persona que de nosotras mismas.
Cuando ya creíamos que nos habían descartado mediante esta técnica dejándonos con un sinfín de interrogantes, y habíamos superado ya a esa persona que nos había dejado la autoestima un poco tocada, de repente aparece con un mensajito del estilo “hola, como te va”. Y el ciclo comienza de nuevo.

Generalmente nos provoca una confusión extrema, puesto que este tipo de personas, no mostrará ningún tipo de culpabilidad o arrepentimiento. Y por supuesto, ninguna explicación de su desaparición. Para ellas, ninguna de sus técnicas de manipulación son con malicia.

Si desapareció de tu vida sin dar explicaciones, no le dejes entrar de nuevo, esto es zombing

Sin embargo, para nuestra autoestima y gestión emocional es caer en un círculo tóxico totalmente carente de respeto hacia nosotras. Este tipo de personas empieza de nuevo a hacerse presente en tu vida stalkeando tus redes sociales y likeando todas tus fotos para ganar protagonismo de nuevo en tu vida. Esta actitud invasiva puede confundirse como una muestra de arrepentimiento de la otra persona y podemos pensar que está intentando reconquistarnos.

No obstante, esta actitud es confusa y destructiva, puesto que corremos el riesgo de volver a pasar por la misma historia que la primera vez.
Para empezar, analiza bien la situación: ¿Entre vosotras había un vínculo real? ¿Os conocíais desde hace tiempo, compartíais actividades y había cierto nivel de intimidad? ¿O más bien era una relación construida desde la fantasía con expectativas poco realistas?

Lo importante en esta situación es valorarse a una misma, no caer en sus juegos de manipulación emocional y no reaccionar ante tales faltas de respeto. No es culpa tuya si la otra persona no sabe como terminar una relación o poner límites. Este tipo de conductas habla mucho de la inmadurez emocional y no te interesa alguien así. En este caso, los límites has de ponerlos tú misma, por que eres lo suficientemente valiosa e importante como para merecer al menos una explicación. Y además tienes derecho a pasar página.

Si esa persona no supo valorarte, cuídate y protégete emocionalmente del zombing. No dejes que te superen tus emociones, puesto que para esa persona no eres más que un jueguecito al que acudir por aburrimiento. O simplemente para que su autoestima suba un poco.