Hace no mucho estuve hablando con una amiga sobre por qué tardó tanto en salir del armario. Esta mujer me respondió que fue porque notaba odio por todos lados. Odio.
Parece mentira que en pleno siglo XXI en España todavía haya personas que sientan esa hostilidad y que le impida salir del armario. Es verdad que en nuestro país se intenta promover la igualdad entre lesbianas, gays, bis y transexuales, pero todavía queda muchísimo por hacer, como siempre digo.
Es difícil salir del armario. Por muchos motivos
En muchísimos países del mundo, y también en el nuestro (por desgracia) los delitos de odio son un problema muy grave. Por ejemplo, Galop, una agencia consultora británica, muestra que los ataques a homosexuales en Inglaterra han crecido en casi un 150% tras votar el Brexit.
En parte, lo que impide a muchas personas salir del armario es que todos vivimos donde la heterosexualidad es la norma, y, que, lo queramos o no, nuestra sociedad castiga muy duro a quien no encaja en los estereotipos. No obstante, la realidad es muy distinta: más del 49% de los jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años afirman no ser heteros.
A pesar de que ese número crece exponencialmente, aún es complicado salir del armario. Es lógico si pensamos que, sin contar con toda la hostilidad que tenemos que soportar día a día, tenemos que «adivinar» cuál es el mejor momento para hacer nuestro anuncio estelar.
Así que no importa en el contexto en el que lo hagamos. Es difícil. Para todos.
¿Y por qué salir del armario entonces?
Hay estudios que afirman que salir del armario y hablar de tu orientación sexual puede marcar la diferencia a la hora de ser más o menos feliz. Ser una persona abierta con la identidad sexual hace mejorar la autoestima y ayuda a sentirse mejor con una misma.
Por el contrario, no hacerlo tiene un impacto negativo en la salud. Estar en el armario lleva al aislamiento y a unas experiencias bastante negativas y comportamientos destructivos.
¿Salir del escondite o no? He ahí la cuestión
A pesar de que pensemos que salir del armario puede afectar más a los jóvenes, en absoluto es así. Esto también le ocurre a personas de más edad, ya que les da miedo no poder recibir los cuidados que pueden necesitar en su tercera edad, solo por ser homosexuales.
Muchas de estas personas afirman que les preocupa que quienes darles estos cuidados, no solo los ignoren, sino que sean hostiles con ellos.
Hay esperanza
Por suerte, no todo está perdido.
Aunque tenemos que enfrentar muchísimas dificultades, todo está cambiando. Despacio, pero cambia. Las estadísticas gubernamentales muestran que ya son más del doble de los jóvenes mayores de 25 los que se identifican como LGTB. Y el cambio en otras edades es progresivo.
Cada vez más somos los que nos decidimos a salir del armario y a ser abiertos con nosotros mismos. Quién sabe, un día muy cercano, igual no haya nadie que tenga que hacerlo.
¿Tú qué crees?
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