Sí, seguro que te has quedado alucinada, igual que yo. Vaya tela con esta ex-lesbiana…
La ex- lesbiana Rosaria Butterfield no solamente le da las gracias a Dios por la pandemia que sufre el mundo entero, sino que pide que otros devotos cristianos también lo hagan. Tiene narices.
Una lesbiana que ya no es homosexual
Esta lesbiana reformada es la devota esposa del pastor Kent Butterfield, de la Primera Iglesia Presbiteriana Reformada de Durham, en Carolina del Norte. Ahora, como primera dama, ha escrito su biografía y en ella cuenta su vida como profesora de inglés lesbiana que luchaba por los derechos LGTB. Pero esto fue antes de que se diera cuenta de estar lejos del Señor es un pecado, y por eso se casó y tuvo hijos.
Por si fuera poco, ahora la ex- lesbiana ha escrito en la web Desiring God unas líneas en las que da las gracias a Dios por el Covid- 19. Da las gracias por un virus que ha matado en todo el mundo a 350.000 personas y sigue sumando.
Aunque el resto de los mortales podamos preguntarnos por qué Dios, si es todo amor, permite que ocurran cosas como esta, para Butterfield todo se reduce a una única cuestión: evita que se cancele el Desfile del Orgullo, que es lo que convierte en gays y lesbianas a todos.
Más cosas maravillosas del COVID- 19
Según nuestra amiga ex- lesbiana, dar gracias a Dios por esto permite ver el mundo de otra manera, ya que si haciendo que muchos mueran es la forma de Él de lavar nuestros pecados, ¿quiénes somos nosotros para discutirlo?
De hecho, que no se celebre el Orgullo en junio puede ser maravilloso. Primero, la identidad sexual de muchas personas depende de ver a otras que se amparan en la libertad. El Orgullo es algo diabólico.
Sin tener esta audiencia la identidad de gays y lesbianas, que no somos más que heteros confundidos, puede estar intacta. Y por eso hay que rezar a Dios, para no caer en el nido del pecado siendo homosexual.
Pero no basta con esto, según Butterfield. Hay que buscar más cosas molonas a la pandemia.
Una de ellas es que la Iglesia hace aún más su labor de buena samaritana llevando alimentos y productos de primera necesidad a aquellos que más lo necesitan. Eso hace que cada vez más, los vecinos sientan el amor de Dios y vayan cada domingo a la Iglesia a dar las gracias.
También critica que los vecinos siempre han criticado a los cristianos de su Iglesia, pues está situada en un barrio «progre», y que ahora es una gran oportunidad para que estas personas vean cómo los ama Dios y se unan al rebaño.
¿Y tú qué opinas de todo esto?
En mi humilde opinión, todo esto tiene una cosa que me chirrían. La pregunta es, ¿una lesbiana puede convertirse en ex- lesbiana así, por fé? Yo no estoy tan segura.
Pero lo que realmente me interesa saber es cuál es tu opinión de todo esto. ¿Lo ves más o menos lógico? ¿Qué te parece la postura de la pastora?
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