Las relaciones tóxicas están a la orden del día. Puede darse entre compañeros de trabajo, familiares o amigos, pero es posible que la más peligrosa pueda ser la de pareja, puesto que convivimos con ella las 24 horas del día.

Convivir en una relación dependiente no es algo de los que nos percatemos, así como así. Lo único que sabemos es que estamos en una relación que no nos hace bien y en la que los momentos malos están por encima de los momentos buenos y que por alguna razón que desconocemos, no podemos escapar de ella o pongamos excusas para no finalizar dicha relación.

Esto se da mucho en relaciones de maltrato psicológico en el que la víctima vuelve una y otra vez a lo mismo, con la promesa de que esto no volverá a ocurrir, y con la falsa creencia de que el amor puede con todo. Así perdonamos a esa persona que nos está minando poco a poco la autoestima porque creemos que no somos capaces de vivir sin esa persona.

Si tienes ciertas sospechas de que algo no va bien en la relación, es hora de plantearse seriamente si estamos en una relación sana o por el contrario, en una relación en la que sufrimos dependencia emocional.

Baja autoestima

Generalmente cuando hemos vivido la falta de autoestima, la inseguridad sobre nosotras mismas, tendemos a relacionarnos con los demás de manera tóxica y buscamos esa seguridad y afecto en la otra persona. Lo que genera que dependamos de la otra persona para sentirnos una persona “completa” y creamos que nuestra vida no tiene sentido sin nuestra pareja.
Cuando se trata de maltrato, quien nos genera esa falta de autoestima es nuestra pareja tóxica quien poco a poco nos va robando esa esencia y esa seguridad que teníamos antes de empezar la relación.

Factores sociales

Desde pequeños nos enseñan patrones falsos acerca del amor romántico que afectan también a las relaciones entre chicas.
Frases como “el amor todo lo puede” nos llevan a relaciones en las que, aunque nada vaya bien, mientras haya amor, lo demás no importa.
Cuando la famosa frase “en lo bueno y en lo malo” entra en juego en nuestra vida, no habla sobre denigración, celos, mentiras, infidelidades o faltas de respeto. Se refiere a problemas económicos enfermedades o adversidades.

Celos

Habremos oído un millón de veces que los celos matan las relaciones, y es cierto. El problema es que cuando nos encontramos en una relación en la que uno de los dos es dependiente emocional de la otra persona, la víctima excusa éste comportamiento con tópicos del estilo “me cela por que me quiere” o “tiene miedo a perderme”.

Probablemente la persona que se cela está llena de inseguridades que proyecta sobre la otra persona por miedos o por malas experiencias anteriores. Al final, ésta última adopta conductas impropias de su personalidad como dejar de verse o hablar con amigas para que la otra persona no se cele. Recordad que cada una tiene una vida tanto en común como independiente y la independencia es algo que nadie nos tiene que robar.

Culpabilidad

Si nos encontramos en situaciones en las que nos sentimos culpables hasta por respirar, ojo, que algo va muy muy mal en esa relación.
Si la otra persona nos hace sentir culpables hasta por dar nuestra opinión acerca de algo o bien utiliza frases dichas en el pasado, o nuestras propias vulnerabilidades para hacernos sentir mal, es el momento de replantearse mucho la relación. Estamos en un terreno peligroso donde nuestra autoestima puede salir muy mal parada.

Vergüenza tóxica

Esta situación es muy dada cuando excusamos a nuestra pareja o nos excusan a nosotros ante los demás. Tendemos a esconder la parte negativa de nuestra relación, para no mostrar la verdadera cara de lo que en realidad pasa, para que nuestra pareja no sea objeto de odio de nuestros familiares y amigos y sobre todo no nos disuadan de abandonar una relación, que en realidad no nos está haciendo bien. Sin embargo, no la dejamos debido a esa dependencia emocional.

Qué hacer si estamos en una relación de dependencia emocional

Si te encuentras en alguna de estas situaciones, y no puedes dar la vuelta y marcharte por que a pesar de todo lo mal que nos hace sentir esa relación, seguimos en ella poniendo mil excusas, es probable que te encuentres en una relación de dependencia emocional.
El primer paso es reconocer el problema para poder enfrentarte a él y aprender de esa faceta tuya que no conocías y que en realidad no es muy agradable que esté ahí. Esto nos puede generar muchos problemas en relaciones futuras y lo mejor es empezar a trabajar en ello para recuperar nuestra independencia emocional.

Sin embargo, hay que buscar si hay un problema de base o bien hemos desarrollado esta dependencia emocional a raíz de ésta última relación o bien venimos arrastrándola desde niños por algún problema con nuestros progenitores. En ambos casos, lo mejor es acudir a un terapeuta. Por que sea como sea, hemos de trabajar en ello para resolver todos esos problemas de autoestima que nos ha hecho llegar a esta situación.