¿Es posible salir del armario después de los 50? Imagínate que un día tu madre o tu padre, ya jubilados, o a punto de hacerlo, te cuentan que son homosexuales.
Rechazo social a la madurez y la vejez
La situación no se puede comparar con que deben de vivir los jóvenes al momento de salir del armario delante de su familia. Los años y la experiencia vital, hacen que sea más difícil desligarse de la expectativa social de la heterosexualidad. Además, la sociedad es terriblemente edadista y gerontofóbica. La juventud parece ser el único valor que se puede aportar, y no hay lugar apenas para cosas de la madurez o la vejez. Mucho menos para una salida del armario tan tardía. Total, ¿para qué? Para lo que le queda, que siga con su vida como hasta ahora, y se deje de intentar escandalizar. Evidentemente, es sarcasmo, pero es la postura, desgraciadamente, de muchas personas.
Por suerte, son cada vez más las personas que, en su madurez, deciden romper sus cadenas, escapar de ese sótano oscuro y salir a la luz del sol, valientemente. Aceptando lo que tenga que ocurrir, pero dispuestos a ser felices durante el resto de sus vidas.
Efectivamente, gracias a la constante lucha de los activistas y los esfuerzos del colectivo LGTB por tener la máxima visibilidad; (¿Y para cuándo un orgullo hetero? ¿Y piri quindi in dii hitiri, ñiñiñi?), las personas de más edad, están siendo capaces de liberarse de sus propios prejuicios. Pensemos que han vivido en décadas terribles para otras orientaciones sexuales. En los 50, 60, 70 y 80, la represión era tan brutal que tu vida y tu integridad física podía depender de cuán hetero parecieses. Cuando uno se educa en una sociedad homofóbica, recibiendo mensajes de odio por todos los lados, se desarrolla una homofobia interiorizada y un fuerte autorrechazo hacia la propia identidad.
Aunque se sigan existiendo actitudes discriminatorias y delitos de odio, la aceptación de otras sexualidades es un hecho (excepto en algunos países). Lo cual ha sido de gran ayuda para que estas personas aprendan a aceptarse sin sentir vergüenza de si mismos.
Salir del armario después de los 50
Y el siguiente paso, es hacerlo público. ¿Te imaginas la alegría y el alivio que debe ser salir del armario después de los 50? Las personas que se reconocen como LGTB en la madurez, tienen a sentir una gran liberación sexual, quieren experimentarlo todo, recuperar el tiempo perdido. Esto choca de nuevo con una sociedad que niega el erotismo en la vejez. No facilita sitios de encuentros o lugares de ambiente para estas personas que quieren más que nunca conocer a gente con la disfrutar sin el peso de la represión. A pesar de este subidón, son también personas muy frágiles emocionalmente. De repente es todo nuevo y ocupan un puesto diferente en la sociedad: ahora forman parte de una minoría, y una minoría de por sí más vulnerable.
Desde aquí os animamos a seguir luchando por nuestros derechos, sin olvidarnos de los mayores. Sed amables con ellos y cuidadlos. Si vuestra madre, padre, o alguno de vuestros abuelos, incluso, os confiesa un día que son homosexuales, dadle un abrazo y felicitadle por su valentía.
Nunca es tarde cuando la dicha llega, dice un dicho muy sabio