Efectivamente Adele se enfrenta a Polanski, con dos ovarios, criticando también el nulo apoyo de Francia en el #metoo. Adelde Haenel (Retrato de una mujer en llamas), no se ha podido callar en un ámbito como es el del cine, que ha decidido nominar en diversos festivales y además premiar como director a Roman Polanski. Con un largometraje que además era inferior a sus competidores. Y esto, en una sociedad inmersa en la cuarta ola feminista, y lucha contra lo que se conoce como cultura de la violación, es algo inadmisible.
Francia ignora el movimiento #metoo
«Retrato de una mujer en llamas», protagonizada por la propia Haenel, ha sido poco premiada, pese a su gran calidad. Nominada en varias ocasiones, se ha quedado siempre a las puertas. ¿Tendrá algo que ver el que cuente una profunda e intensa historia de amor entre dos mujeres? La actriz ha decidido no guardar las apariencias como se tiende a hacer en el país, y hace unos meses, se colocó al frente, junto a sus compañeras, del movimiento #metoo. Al lado opuesto de la decepcionante Catherine Denueve que se declaraba a favor del derecho a “importunar”.
La musa inspiradora (y ya ex novia) de Celine Sciamma, ha utilizado su fama y el privilegio de ser una figura relevante en el cine francés, para denunciar públicamente al hombre que la acosó sexualmente cuando era una niña de 12 años. Este fue el director Christophe Ruggia, que a día de hoy ha sido imputado por tentativa de violación a una menor de 15 años. Afirmó que quería ser escuchada por todos, pero para que se la oyese bien, necesitaba estar en la cresta de la ola. Y ha esperado con paciencia hasta que llegó el momento de subirse al estrado y expresar su denuncia.
Adele se enfrenta a Polanski
De Polanski se sabe que que mantuvo relaciones sexuales ilegales (un eufemismo para calificar la violación), con una niña de solo 13 años. Por este delito fue condenado en EEUU, sin embargo Polanski se exilió y se fugó de la justicia por lo que jamás cumplió su condena, a pesar de ser un hombre famoso. Posteriormente, fue demandado por la directora Valentine Monnier por violación cuando tenía 18 años. Y esto entre otras denuncias.
Sin embargo Francia se avergüenza y recurre a un inquebrantable negacionismo. Y los premios Cesar así lo han confirmado. El 28 de febrero de este año, la última película de este individuo, fue nominada en un montón de categorías, ignorando a las personas indignadas que se estaban manifestando esos días en su contra.
Adele Haenel, valientemente y delante de todos, se levantó de su silla y se marchó gritando «¡Vergüenza!». A los segundos la siguió Celine, y entre bambalinas, Adele, sumamente enfadada gritaba ¡Bravo la pedofilia!, mientras tanto, todos los asistentes a la gala, permanecían imperturbables, y todo prosiguió como si nada hubiese pasado.
Por supuesto, la asociación de mujeres cineastas por la igualdad, ha aplaudido su acción, y de esta forma Haenel vuelve a encabezar el movimiento feminista francés. El premio recibido por el director ya ha sido renombrado como “El César de la vergüenza”. Sí, Adele se enfrenta a Polanski y nosotras damos las gracias por que existan mujeres como ella.
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