Soy una persona extraña que creció en un hogar cristiano tradicional, pero tengo la suerte de que mi familia no me ha discriminado por mi sexualidad. Ahora sé lo raro que es eso. Mi padre era seminarista, pero pese a eso, siempre ha sido defensor de las lesbianas, incluso antes de que yo saliera del armario Nunca me tuve que enfrentar a mi religión, y mi extraña identidad nunca estuvo en conflicto con mi creencia en Dios. Nunca he tenido problemas en ser lesbiana y cristiana. Bueno, hasta que me comprometí con mi pareja.

Lesbiana y cristiana, una dicotomía extraña

Le pedí a una amiga que fuese mi madrina, pero no me respondió. La llamé por teléfono y me dijo que no, que no podía porque no estaba de acuerdo con el matrimonio gay. Porque es cristiana. Mientras procesaba el dolor que eso me causó, me di cuenta de que no estaba tan enfadada como confundida. ¿No creemos en el mismo Dios? ¿Cómo se puede interpretar la religión de manera tan diferente? Yo soy, o era, lesbiana y cristiana.

No es que me sintiera tan rechazada, pero fue la llamada de atención que necesitaba para darme cuenta de algo. Creer en dios para mi era una forma de vida, de aceptación y hacer el bien a los demás, seas como seas, pero para otros, ser lesbiana y cristiana es un delito grave.

Las terapias de conversión

Según el Proyecto Trevor, más de 700,000 personas del colectivo se han sometido a terapias de conversión, una práctica considerada dañina por la Asociación Americana de Psicología y asociaciones médicas importantes del mundo. Y es que algunas ramas del cristianismo son los principales impulsores de estas prácticas, como por ejemplo, la Iglesia Metodista, la Iglesia Católica, la Iglesia Presbiteriana y los cristianos Pentecostales. Esto tiene un impacto terrible; un joven que siente el rechazo de su familia por su sexualidad o identidad de género tiene ocho veces más probabilidades de intentar suicidarse.

Todos sabemos que la Iglesia se opone a la igualdad matrimonial, y los cristianos que guardan silencio sobre el altercado u opresión contra la comunidad son cómplices.

Seamos claros, si crees en Dios o no, no debería importar en este problema. La ley de dios no está con una lesbiana y cristiana. Cuando las leyes se escriben en base a interpretaciones perjudiciales de la Biblia, esto refuerza la visión de muchos cristianos de las personas homosexuales como ciudadanos de segunda clase.

A pesar de todo, más de un 70% de españoles y de un 60% de personas en todo el mundo, si tuvieran que definirse dentro de una religión lo haría con la religión cristiana en cualquiera de sus ramas.

La verdad es que este tema me preocupa mucho. Ser lesbiana y cristiana es posible, porque los valores no tienen nada que ver con la persona con la que te acuestas, sino que deben conformar un estilo de vida. Y el estilo de vida cristiano debe ser amar al prójimo como a ti mismo.