Las terapias de conversión en Irlanda se desvelan en un próximo documental titulado Converted con testimonios como el de Pádraig Ó Tuama. Él tuvo claro que era homosexual a los 12 años y desde aquel momento solo fue capaz de sentir una enorme vergüenza. Al llegar a la adolescencia le dijeron que la homosexualidad era un terrible trastorno, el mismo que padecían los caníbales. Y que seguramente terminaría enfermando por el VIH y muriendo, habiendo perdido a sus amigos y su familia.
Converted: testimonios sobre terapias de conversión
El futuro se le aparecía negro y aterrador hasta que una persona de su iglesia le sugirió que se sometiese a un exorcismo. Pádraig vio una oportunidad de “curarse” y librarse de su mal, así que quiso intentarlo.
Tuvo lugar la primera sesión, lo recuerda perfectamente, fue el 21 de octubre de 1993, con sus 18 años recién cumplidos. Durante el ritual una mujer se acercó a él y se susurró al oído la promesa de que iba a liberarle de su demonio. Poco a poco la mujer fue subiendo el volumen de la voz hasta terminar exclamando rezos y letanías a gritos, al mismo tiempo que un grupo de personas allí presentes repetían sin cesar algunas frases de la Biblia. Cuando todo terminó, obviamente, nada había cambiado. Lo intentó con unas pocas sesiones más, igual de locas y esperpénticamente ridículas pero no sentía que estuviese funcionando, así que decidió acudir a una de las conocidas como terapias de conversión. Un recuerdo que todavía le estremece.
Estas terapias atroces, marcaron, durante varias décadas, la sociedad irlandesa. Hace solamente un año que se presentó en el Reino Unido un proyecto de ley con el propósito de erradicarlas definitivamente. Todavía esperando la resolución, sale a la luz el documental Converted, con el que se intenta hacer algo de justicia a personas como Pádraig, y tantas otras que tienen a sus espaldas relatos de tortura de reordenación sexual. De aprobarse el proyecto de ley, sin modificaciones, se trataría de la prohibición más completa a nivel mundial, ya que se incluirían sanciones tanto a los terapeutas como a las organizaciones religiosas que las promueven.
Aún no hay leyes que las prohíban
Converted trata de hacer una reflexión sobre los daños irreversibles que estas prácticas han provocado en Irlanda. Algo que es extrapolable al resto de países donde también se han llevado y se siguen llevando a cabo. El senador irlandés David Norris, también comparte su experiencia. Explica como una de las prácticas más habituales en los 70 consistía en aplicar descargas eléctricas a los pacientes, mientras les mostraban imágenes de pornografía homosexual.
En el documental también se narra la experiencia del periodista Cormac O’Brien. Se infiltró de manera encubierta en 2011 para conocer desde dentro el funcionamiento de las terapias de conversión. Encontramos también el triste testimonio de Colin Nevin, un hombre ya mayor que ha pasado su vida luchando contra sus impulsos homosexuales a causa de la prohibición cristiana.
La directora del documental, Suzie Keegan, explicaba lo difícil que le ha resultado encontrar a personas que habían pasado por este tipo de terapias de conversión, que estuviesen dispuestas a hablar de ello. Muchos de ellos no se sienten capaces de volver a revivir esta etapa de sus vidas. Pero realmente es un tema que hay que sacar a la luz, porque aunque se haya dado un progreso en cuanto a derechos LGTBI, la realidad es que en la mayoría de países progresistas, no existen leyes que prohíban las terapias de reconversión.
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