La lesbiana más popular de París se hacía llamar Frede. Organizaba las fiestas más divertidas en la ciudad de la luz, en el siglo pasado. Su club situado en los Campos Elíseos resplandecía por las noches lleno de música, baile, mujeres rompedoras y no pocos escándalos. Sin embargo, la fama y el nombre de esta mujer adelantada a su tiempo, dejo de sonar por la ciudad de la misma forma que el jazz fue pasando de moda. 

La lesbiana más popular de París

¿Quien era Frede? La lesbiana más popular de París nació en 1914, bautizada con el nombre de Suzanne. Estudió diseño industrial y comenzó a trabajar elaborando los decorados del famosísimo cabaré Folies Bergère, que fue donde debutaron artistas como Joséphine Baker o Maurice Chevalier. Suzanne quedó prendada de este ambiente, en aquellos años de alegría y music Hall. Pero existía en París un cabaret aún mejor: Le Monocle. 

Este local se fundó en 1932 y era un cabaret exclusivo para mujeres, si bien abundaban las caracterizaciones masculinas. El esmoquin era muy común y en esta época se consideraba casi como un símbolo feminista. También era frecuente el uso del monóculo, del que procedía el nombre del establecimiento. Las clientas asiduas también gustaban de usar pitilleras, relojes de hombre o bastones, artículos asociados a los varones. Al vestirse de caballeros, pretendían eliminar las diferencias de género y de paso escandalizaban y se rebelaban contra las casas de moda, que por un tiempo temieron acabar en la ruina económica. Y así, vestidas con raya diplomática y bien perfumadas, seducían a un buen número de parisinas, que se dejaban llevar por los placeres sáficos. 

Noches en Le Monocle

Cuando llegó a Le Monocle, Suzanne se transformó en Frede y empezó a construir su propio estilo masculino. Se cortó el pelo y poco a poco fue sustituyendo su armario de faldas y blusas por camisas blancas de seda, elegantes pajaritas y americanas de color negro. De esta forma se convirtió en la “mujer-chico” más popular y elegante de la capital francesa. 

Frede fue sin duda la lesbiana más popular de París y fue a ella a quien la mítica Marlene Dietrich invitó a su mesa y eligió como amante. Esto ocurría en una de las alegres noches de 1936 en Le Monocle. Dietrich ya había rodado Morocco, donde aparecía con su reconocido esmóquin y su sombrero de copa, lo que le convirtió en otra de las más célebres garçonnes. Incluso había sido amenazada por la policía que estaba dispuesta a detenerla si seguía paseando por París vestida de hombre. Así que Le Monocle era un local donde la presencia de la actriz era casi obligada. Allí todas las chicas podían lucir sus trajes sin las molestias de gente escandalizada. 

Pero Frede fue prolífica en amores y amantes. Por sus brazos pasó la actriz Ana Marconi y la escritora Anais Nin. También la princesa rusa Zina Rachevsky que trató de quitarse la vida cuando Frede la dejó. Tras el fallido intento de suicidio, sabiendo que Frede no volvería con ella, decidió ingresar en un monasterio tibetano. Free mantuvo una relación con María Felix, que también fue muy problemática y ambas se enzarzaron en una lucha judicial a causa de unas joyas. Felix reclamaba un cuadro que la pintora Leonor Fini había hecho de ambas mujeres. En cuanto lo tuvo, pidió a la artista que eliminase el rostro de Frede.