Las despedidas de soltera de tus amigas heterosexuales pueden llegar a ser un verdadero mal trago para las lesbianas.  Si embargo son situaciones sociales que se deben afrontar con el mejor talante. Es decir, siempre hay una elección posible, pero generan un debate interno cuando hay que elegir entre dos opciones y cualquiera de ellas supone quedar mal con alguien. O bien con los demás o bien con una misma. 

Despedidas de soltera, ¿qué hago yo aquí?

Sin embargo, a veces merece la pena el sacrificio por hacer feliz a una buena amiga. Y este es el caso de las despedidas de soltera, probablemente el rey de los dilemas y momentos sociales incómodos. Un evento de exaltación heterosexual en el que una chica lesbiana es fácil que se sienta bastante fuera de lugar. Seguramente algunas pensaréis que no hay más que dar un no por respuesta y rechazar la invitación a la fiesta. Pero no es tan fácil.

En la mayoría de los casos, no es la propia novia (en este caso tu amiga) quien lo organiza, sino una persona cercana de su entorno. Y por lo general se da por sentado que todas las asistentes son chicas. Chicas hetero. Ay, la presunción de heterosexualidad, cuando daño ha hecho. Casi siempre se mantiene en secreto el tipo de actividades que se van a hacer, o sea que es una sorpresa, y ahí, queridas mías, podemos toparnos con cualquier cosa. 

Penes everywhere

En estos casos es cuando se hace palpable el riesgo de quedarte con cara de póker cuando te entregan una bolsa tipo cotillón con una diadema con antenas en forma de pene u otro tipo de merchandising fálico. Y mientras todas las invitadas se ríen mientras hacen bromas picantes, tú te quedas ahí, incómoda, con una sonrisa congelada sin poder participar. Si tu amiga se percata, es posible que se sienta también incómoda por ti, y tú, por pretender que disfrute plenamente de este evento en su honor, procuras integrarte, ser una más, seguirles el rollo en chistes sobre eyaculadores precoces o ignorantes de la existencia del clítoris. Venga, puedes mimetizarte por un día, copa en mano, que siempre ayuda.

Pero la cosa puede ir a peor cuando el grupo se traslada a un «boys». Allí, un joven musculado vestido de policía o de bombero, se quita la ropa mientras baila y contonea el abultado contenido de su slip delante de la cara de unas participantes enloquecidas. Sigues bebiendo, y te implicas como puedes, haciendo una actuación de Óscar, pero esto ya es demasiado.

Opciones inclusivas (y más elegantes)

Bien, estamos dramatizando un poco, es verdad. Este tipo de fiestas tampoco le gustan a muchas mujeres heterosexuales, así que lo mejor para las despedidas de soltera son los eventos más neutros, que no impliquen desmadrarse en torno a la figura masculina, sea un striper o cualquier otro elemento con forma de pene. Al fin y al cabo, las amigas pueden salir cualquier fin de semana a ligar, ¿qué necesidad hay de seguir con esto en este tipo de fiestas? ¿Por qué no pasar una velada entre amigas sin necesidad de incluir hombres? Una escapada, una fiesta en el jardín o en la playa, una cena juntas… Hay muchas opciones que además de ser más originales, son inclusivas para todas las participantes.