No sé si estás al corriente de lo que es el género pulp lésbico, pero aquí te lo vamos a contar para que te entre la curiosidad e investigues un poco más por tu cuenta. 

Un género literario de bajo coste

Se llamaba pulp a una categoría de novelas a precio muy reducido porque estaban impresas en papel de baja calidad, concretamente de pulpa de madera, de ahí su nombre. Eran tan baratas como un periódico y algunas personas las leían en el transporte público y las dejaban en el asiento. Lo cual no significa que su calidad fuese mala. Se vendían muchísimo por lo que muchas editoriales publicaban versiones pulp gracias a las cuales ganaron mucho dinero, especialmente entre los años 1955 y 1965, la época dorada del pulp.

Entre las novelas publicadas, destacaba el pulp lésbico que se convirtió en un refugio para jóvenes lesbianas que buscaban algún referente con el que identificarse. Lo curioso (o no tanto) es que casi todas esas historias de aventuras amorosas entre mujeres, estaba escritas por varones que utilizaban un pseudónimo femenino. 

Censura por obscenidad

“Women’s Barracks” (1950), escrita por Terska Torres, se considera la primera publicación de pulp lésbico. Llegó a vender hasta 4 millones de copias, un éxito de ventas que alarmó al comité censor del momento, la House Select Committee On Current Pornographic Materials que la tachó de pornográfica y degenerada. Después de este escándalo, este tipo de literatura empezó a controlarse más y los editores imponían algunas restricciones para librarse de la censura. Una de las condiciones era que la historia no tuviese un final feliz, como una especie de castigo karmico que dejaba entrever un sutil mensaje moral entre líneas con cierto tufo homófobo. 

El tema quedó de la siguiente manera. Cuanto más buena y directa era una obra de pulp lésbico, más escandalosa era su portada, con eslóganes que empleaban palabras como perversión, tormentosa u obscenidad. Strange, odd, weird, rare, eran términos frecuentes. Con estas portadas se cumplían dos funciones. Por un lado la censura quedaba conforme porque transmitía el mensaje de que el amor lésbico no estaba bien. Por otra parte provocaba un efecto disuasiorio en las clientas que querían ir a una librería a hacerse con una de estas novelas y sentían cierta vergüenza.

Historias inocentes

Por el contrario, la historia en si misma era de lo más inocente, decepcionante incluso si esperabas algo tan tórrido como prometía la portada. Los encuentros amorosos se relataban muy brevemente y con muchas metáforas, todo bastante naïf. El feminismo de las décadas de los 70 y los 80 arremetieron contra el pulp lésbico por describir un mundo de auto-odio. En los años 90 y 2000 se criticó este tipo de literatura por su falta de perspectiva. 

Al llegar con fuerza el movimiento de lucha por los derechos del colectivo LGTB también aumentó la visibilidad de otros referentes, por lo que los que ofrecía el pulp lésbico pasaron al olvido. Las editoriales ya habían hecho su agosto y muchas de ellas fueron absorbidas por grupos más poderosos. Actualmente, la escritora Mónica Nolan, está lanzando una colección propia de novelas de este estilo, que no te puedes perder.