La plataforma HazteOír.org, famosa por sus autobuses tránsfobos, homófobos y antifeministas, ha vuelto a cargar contra el colectivo LGTBI. Esta vez, en lugar de un autobús han utilizado una recogida de firmas.

Recogida de firmas contra el Orgullo Gay

Los radicales de la plataforma ultraconservadora, han llevado a cabo una recogida de firmas para que Disneyland París, no celebre el desfile del Orgullo. Desde hace ya décadas, el colectivo LGTBI viene celebrando diferentes actos no oficiales con motivo del Día del Orgullo. Esto por supuesto enfurece a los de HazteOír.org, pues temen que el lobby Gay, adoctrine a los más pequeños.

Todo el revuelo viene porque Disneyland París ha decidido celebrar en sus instalaciones un desfile del Orgullo Gay. Los ofendidos y escandalizados miembros de la plataforma radical CitizenGO, han convencido a nada menos que 250.000 personas para firmar en contra de este evento. Pero ¿quiénes son estos CitizenGO?, pues nada menos que los mismos de HazteOír, pero con aspiraciones internacionales.

No contentos con sus buses y sus mensajes discriminatorios, los de los buses, fundaron hace seis añitos esta fundación que recibe dinero público. A través de ella, piden colaboración internacional contra el matrimonio igualitario, el aborto y también la eutanasia. Su director e ideólogo, Álvaro Zulueta tiene sin duda amplias ansias de poder.

En ese empeño por limpiar el mundo de todo lo que no sea la imposición heteropatriarcal, Zulueta teme que Disney caiga bajo la terrible influencia del lobby Gay. Que una empresa de entretenimiento infantil pueda crear un mundo más diverso y tolerante, al parecer es una catástrofe.

El miedo al colectivo LGTBI se ceba con Disney

Hace poco hablábamos del miedo que tenía la ministra de Brasil de que las niñas se convirtieran en lesbianas por culpa de Disney. Ahora es HazteOír.org quien teme que el colectivo LGTBI esté adoctrinando a los niños y niñas del mundo utilizando a Disney. Supongo que tanto la una, como los otros, desconoce palabras como libertad o derechos humanos.

Si Disney decide incluir en sus contenidos y en sus parques la diversidad sexual, hay que celebrarlo y tomar ejemplo de ello. Pero claro, los representantes de las ideas más ultraconservadoras no están de acuerdo. Cosa por otra parte, respetable, siempre y cuando no estén apoyados por la política.

Que una ministra de un país democrático se permita tales lujos homófobos no debería estar permitido. Menos aún, debería permitirse que una fundación que discrimina a las personas reciba subvenciones. El dinero público debería servir para alentar la igualdad y la tolerancia, no todo lo contrario.

Pero la política es la política, y siempre habrá quienes se resistan a cambiar el status quo de la sociedad. Una sociedad que ya vienen necesitando renovarse y apostar por la diversidad y el respeto a todo tipo de personas.

Por suerte, hay entidades como Disney, con poder suficiente como para lanzar un mensaje esperanzador a los niños. Que como dice la famosa cita, los niños son el futuro, un futuro que esperamos sea más diverso e igualitario.