El Tribunal Supremo de EEUU examinará si las leyes laborales protegen la comunidad LGTBI adecuadamente. Si bien la Ley protege contra la discriminación sexual, está por ver si ampara también la diversidad sexual.
Discriminación laboral por orientación sexual
Las personas pertenecientes a la comunidad LGTBI además de acoso social también sufren discriminación laboral. Al menos así figura en varios procesos judiciales que se han presentado ante el Tribunal Supremo de EEUU.
De momento no existen ni leyes concretas, ni sentencias que sirvan de jurisprudencia para juzgar estos casos. Uno de ellos, es el caso de Aimee Stephens, que fue despedida como directora de la compañía en la que trabajaba por anunciar su cambio de sexo. Para más inri el motivo del despido de esta mujer transexual era bien claro: ya no vestirá como un hombre. Obviamente, tanto la perjudicada como sus abogados han apelado a la justicia para detener semejante decisión discriminatoria.
Otro de los casos presentados ante el Gran Tribunal, es el de Donald Zarda, que fue despedido por ser gay. Sí, así como lo oís, Zarda, que es monitor de paracaidismo habló abiertamente de su orientación sexual, cosa que no aceptaron sus jefes. Por desgracia, Donald falleció en 2014, pero la sentencia fue favorable a su petición, y se reconoció la discriminación laboral de la que fue objeto.
El tercer caso que está en los tribunales es el del trabajador social Gerald Bostock, despedido también por su orientación sexual. Aunque a Bostock le ha costado un poco más demostrar este hecho, el caso está pendiente de sentencia en el Tribunal Supremo.
Estos tres casos son solo unos pocos ejemplos de que aun hoy en día se discrimina laboralmente a la comunidad LGTBI. Por este motivo, revisar las leyes y actualizarlas es fundamental para conseguir la igualdad real de derechos.
La discriminación laboral en España
Según investigaciones del sindicato UGT, en España se produce un 30% de discriminaciones en el ámbito laboral. La comunidad LGTBI encuentra todavía trabas a la hora de acceder al empleo. Si hablamos de promociones y ascensos la discriminación es aún más descarada pero difícil de probar ante un tribunal.
Es más, todavía hay empresas donde se vulneran los derechos fundamentales de las personas por su orientación sexual o identidad de género. Las bromas y ofensas están aún presentes en muchos contextos laborales. Este factor hace que muchas personas teman salir del armario en el trabajo, aunque en su vida privada lo hayan hecho hace años.
Por otra parte, aunque nuestro país no es el peor posicionado en este sentido, sí que queda mucho por hacer. La igualdad no solo es cuestión de lucha individual, también tiene que estar sostenida por las leyes. Los miembros del colectivo LGTBI tienen que contar con protección legal suficiente para garantizar su igualdad en caso de discriminación.
Confiemos en que tanto gobiernos como personas trabajen en pos de una sociedad realmente igualitaria. Para ello, es imprescindible modificar y adaptar las leyes a los nuevos cambios sociales. Incluir la no discriminación en el trabajo por orientación de género o sexual es imprescindible. bl
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