Dejar una relación es siempre complicado, pero se puede hacer mejor o peor. Antes, cuando la gente quería cortar, se armaba de coraje y hablaba con la otra persona para comunicárselo. En persona, por teléfono o por carta. Por que lo importante es zanjar las cosas de forma clara, sobre todo para que quien no decide la ruptura, pueda asumir que debe comenzar una nueva etapa con nuevas oportunidades.
Cómo no dejar una relación
Sin embargo ahora, las nuevas tecnologías como smartphones, ordenadores o tablets, sirven como escudo para no tener que afrontar esa situación. Basta con bloquear a quien desean fuera de su vida. O desaparecer sin explicación ninguna. Estas prácticas pueden ser muy dañinas y es importante identificarlas.
Icing
Se da cuando uno de los dos quiere dejar una relación pero no lo comunica claramente si no que va dando excusas. Que no tiene tiempo, que tiene demasiados problemas familiares, que el trabajo le absorbe mucho, etc. Esta actitud la toman personas que no tiene claro del todo que quieran cortar y así le pasan la pelota a la pareja, para no tener que asumir la responsabilidad de comunicar su deseo a la otra persona. Por lo general, la víctima del icing, comienza al poco tiempo a darse cuenta de lo que está pasando. Esto puede provocar una gran decepción ante una postura tan cobarde por parte de la pareja.
Ghosting
Ocurre cuando dos personas están en contacto y tiene un vínculo agradable, algo más que cordial, con cierta cercanía y confianza. Pero llegado un momento, una de ellas empieza a desaparecer, poco a poco, como una aparición que se va desvaneciendo. Los mensajes de Whatsapp se quedan en visto, la comunicación es cada vez más espaciada, hasta que va desapareciendo por completo. Y un día, se da cuenta de que ha sido bloqueada en las redes sociales. Esta práctica provoca confusión, dudas y resentimiento.
Benching
Es bastante similar, ya que también deja las puertas abiertas. El benching consiste en dejar a una persona como plan B, por si falla el actual. Después de una cita en la que todo fluye estupendamente, uno de ellos empieza a desaparecer, a espaciar sus mensajes y a estar más frío. Pero cuando parece que ha hecho un ghosting en toda regla, reaparece con amabilidad, simpatía e incluso cariño. El propósito es mantener un mínimo de contacto para que la víctima no se olvide, y mantenerla en el banquillo, por si acaso. Genera una enorme inseguridad y muchas dudas. No permite que las heridas sanen.
Simmering
Significa algo así como “cocinar a fuego lento” y se trata de ir dejando que la relación muera poco a poco. Se reduce la comunicación y se evita quedar. La persona que hace simmering no informa de que desea dejar la relación para darse tiempo a ir conociendo con otras personas y poder reemplazar a una pareja por otra. Esta actitud se conoce como el síndrome de Tarzán y es propia de personas que son incapaces de estar solas. La víctima intuye que es el final, pero no tiene pruebas claras, lo que provoca mucha confusión.
¿Te han hecho sufrir alguna de estas prácticas para dejar una relación? Si las conocemos y las identificamos, podremos estar alerta contra estos comportamientos tóxicos. Así mismo, podremos corregir nuestras propias actitudes, en el caso de que hayamos aplicado alguna de las estrategias mencionadas. Incluso en los peores momentos, debemos ser personas empáticas e íntegras que respeten las emociones de esta persona que ha sido nuestra pareja.
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