El cardenal Pietro Parolin, en representación del Vaticano, ha recibido a una delegación del colectivo LGTBi. Este hecho histórico acerca las posiciones entre la Iglesia Católica y la comunidad LGTBi.
Qué opina el Vaticano
En este encuentro, el IBAHRI (Instituto Internacional por los Derechos Humanos) ha presentado al Vaticano el último estudio sobre la criminilización de la homosexualidad. Aunque la investigación se centra en el Caribe, es una muestra a nivel global de la situación del colectivo LGTBi en relación con los Derechos Humanos.
La delegación ha pedido al Vaticano que se pronuncie de forma clara para acabar con la homofobia. De hecho, el estudio recoge leyes que estigmatizan al colectivo y generan violencia sexual. Más aún cuando la iglesia equipara la homosexualidad con la pederastia, generando aún más rechazo. No olvidemos que la Iglesia tiene aún gran poder de persuasión en muchos países católicos.
Por otra parte, en la reunión, se recordó que aún existen setenta países donde ser homosexual implica la pena de muerte. Por este motivo, que la Iglesia Católica manifieste su rechazo a los crímenes de odio es muy importante. También se pidió acabar con las terapias de conversión que aún son llevadas a cabo por algunas iglesias.
El Cardenal, por su parte, manifestó que el Vaticano está en contra de la violencia, y que defienden la dignidad de las personas. Un argumento que abre la puerta a un cambio en una institución que históricamente ha perseguido al colectivo LGTBi.
La Iglesia Católica y la homofobia
La delegación pidió al Vaticano ser contundentes a la hora de dar su mensaje y pedir a los estados la protección de los derechos humanos. Esto contrasta claramente con la actitud de muchos miembros de la Iglesia con respecto a la diversidad sexual y de género.
A día de hoy, por ejemplo, el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig, sigue promoviendo las terapias de conversión en España. El obispo, no sólo defiende que la homosexualidad se puede curar, sino que utiliza términos como desviación y detección precoz en sus discursos. Tanto es el empeño del buen obispo por curar a los homosexuales que ha escritos libros al respecto.
Dentro del repertorio de literatura homófoba que ofrece Reig, hay títulos tan estrambóticos como: “Comprender y sanar la homosexualidad” o “Cómo prevenir la homosexualidad”. Y por supuesto, su bestseller “Quiero dejar de ser homosexual”, que quizás sea autobiográfico, nunca lo sabremos.
Pero no contento con ello, el arzobispado se atreve a dar un paso más allá y da consejos para volver a ser virgen o incluso habla sin conocimiento alguno sobre la violencia doméstica. Es más, al avispado obispo se le ocurrió la genialidad de crear brigadas callejeras contra el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Teniendo a personajes así de homófobos contra el colectivo LGTBi dentro de la Iglesia, tanto el Cardenal, como el propio Papa, tienen mucho trabajo por delante. No obstante, que hayan aceptado reunirse con representantes del colectivo, ya es un paso muy importante.
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