Los hombres gays podrían ser excluidos como donantes de forma permanente. No, no es un fake de mal gusto, es real. Tampoco es una noticia de los 80, sino del siglo XXI.

Gays excluidos como donantes

Se realizan más de 112 millones de donaciones al año en todo el mundo. A pesar de esto los bancos de sangre siempre solicitan reservas, pues el plasma tiene una corta duración para ser transfundido. Por eso los hospitales necesitan el recurso de los donantes habituales. Pero a pesar de esta gran necesidad de sangre, algunos colectivos son rechazados para la donación. Esta es una decisión que se emprende para garantizar la seguridad médica y evitar contagios de posibles enfermedades. Por ejemplo, se excluye a los trabajadores sexuales, porque mantienen sexo promiscuo y en algunos casos sin protección. También se dejan fuera a los consumidores de drogas por vía intravenosa, ya que en ocasiones se utilizan agujas que no están esterilizadas, lo cual es un enorme riesgo para la salud. El tercer colectivo cuyas donaciones no se admiten son los hombres homosexuales.

Esta norma se empezó a aplicar en los años 80 cuando el sida azotó de forma mayoritaria al colectivo gay. Por aquel entonces esta enfermedad era desconocida. Los centros hospitalarios todavía no se encontraban preparados para detectar el VIH en un análisis de sangre. Sin embargo, con el paso de los años, esta enfermedad se ha controlado mucho. Además se puede detectar con un sencillo análisis. Gracias a estos adelantos en medicina, esta norma se levantó en muchos estados. Aunque en algunos países esta prohibición sigue en pie como Grecia, Islandia o Austria. La decisión se basa en la creencia de que es un colectivo con más riesgo de contraer ETS. Como el sida o la hepatitis.

Prácticas de riesgo y ETS

Recientemente el TJUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea) comunicaba la posibilidad de que los hombres homosexuales fuesen excluidos como donantes de forma permanente si la situación sanitaria del país lo justificase. Además consideró que es necesario demostrar que este colectivo está más expuesto a contraer enfermedades infecciosas de transmisión sexual tan graves como el VIH. El TJUE se pronunciaba así en respuesta a una situación planteada en Estrasburgo. Cuando un médico rechazó una donación de un hombre que había mantenido una relación sexual con otro hombre.

Las asociaciones que trabajan por la defensa de los derechos del colectivo LGTB sostienen que es una norma discriminatoria. Quienes apoyan la prohibición esgrimen una cuestión de seguridad sanitaria y descartan que se deba a prejuicios homófobos. El debate se plantea en el hecho de sí deberían controlarse las prácticas de riesgo en cada donante y no solamente a los hombres gays.

La FELGTB en España o la organización Blood Equality en Estados Unidos, se decantan por la idea de examinar las prácticas de riesgo de forma individualizada. Independientemente de su orientación sexual. Por otra parte, las prácticas de riesgo como relaciones sexuales sin protección o el consumo de drogas, quedan registradas en el cuestionario previo para determinar su idoneidad. Por lo tanto, los gays no deberían ser excluidos como donantes, basándose en suposiciones y prejuicios.