Al parecer, formar un equipo femenino de fútbol es un caldo de cultivo para el lesbianismo. Al menos eso es lo que opina Gabriel Camargo, el cabeza visible del fútbol colombiano.
Discriminación de género y homofobia
El presidente de Deportes Tolima de Colombia es totalmente reacio a crear un equipo femenino de fútbol. Al parecer el machismo de este buen señor le lleva a creer que con ello fomentaría las relaciones lésbicas. O lo que es peor, haría que las integrantes del equipo se volvieran todas lesbianas.
Pero no se queda ahí en sus declaraciones, sino que también argumenta que las mujeres son más propensas a beber alcohol. Y claro, nos imaginamos que, en su cabeza calenturienta, una cosa lleva a la otra, y así acaban todas lesbianas. No sólo es homófobo, sino que también misógino, por lo que una futbolista del Atlético de Huila no ha dudado en contestarle. Yoreli Rincón, le ha recordado al presidente que tanto él como sus hijos están vivos gracias a una mujer.
Claro que también en estas declaraciones, el buen presidente puede tomar partido y relegar a las mujeres a una función puramente reproductora. Sea como fuere, el fútbol femenino en Colombia no está bien visto. Así lo prueban las palabras de su máximo representante, que no duda ni un momento en discriminar abiertamente a las mujeres.
Los equipos femeninos de fútbol
La FIFA está luchando para que existan equipos femeninos de fútbol en las competiciones. Lo mismo ocurre con la CONMEBOL, la Confederación Sudamericana de Fútbol, que exige la existencia de equipos femeninos para que los equipos masculinos puedan disputar los campeonatos.
Estas federaciones tienen claro que el fútbol femenino existe desde el siglo XII, cosa que algunos hombres aún no quieren entender. De hecho, el primer partido de fútbol femenino tuvo lugar en Glasgow en 1892. A su vez, el primer club deportivo futbolístico de mujeres fue fundado en 1894 por Nettie Honeyball.
Esta mujer cuyo apellido curiosamente hace honor a su pasión: el fútbol, fue una activista de la causa feminista. Fundó el British Ladies Football Club y para formar el equipo publicó un anuncio en el periódico buscando jugadoras. Así se contagió la pasión por el fútbol entre las mujeres de la época, y así lucharon por participar en un deporte que hasta el momento era de hombres.
Lo que ocurrió es que una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, volvieron a ningunear a los equipos femeninos de fútbol. No fue hasta 1966, que los equipos femeninos volvieron a aparecer en competición. A su vez, la UEFA, en 1971 fue la que consolidó los derechos de las mujeres en este deporte. Así, el fútbol femenino se pudo extender a nivel mundial, cosa que aún va a pedales en nuestro país.
Y si en España el fútbol femenino aún tiene mucho por conquistar, en Latinoamérica, la cosa es peor. Excepto en Brasil, que cuenta con importantes ligas femeninas, el resto de países apenas están empezando a crear equipos femeninos de fútbol.
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