Los ecosexuales son un movimiento que defiende la sexualidad en su versión más sensorial y ecológica. Se excitan con elementos de la naturaleza y hacen de ello una forma de vivir que les conecta más profundamente con la madre Tierra.
Cómo surge el movimiento ecosexual
Los ecosexuales se frotan contra árboles, césped o rocas, incluso con la presión del agua. Su placer proviene de interactuar con la naturaleza en estado puro. No necesitan de otro ser humano para vivir su sexualidad, es más su filosofía ha alcanzado ya a más de 15.000 personas en todo el mundo.
Todo comenzó con la performance de Annie Sprinkle y Elizabeth Stephens, quienes usaron por primera vez el término ecosexual. Sprinkle y Stephens decidieron contraer matrimonio con la Tierra para sellar su compromiso ecológico. En una ceremonia multitudinaria dieron el sí quiero a la naturaleza acompañadas de miles de seguidores.
Según las artistas los ecosexuales sienten que la Tierra es su amante, por tanto, la sienten de forma sensual y erótica. Por otra parte, su orientación sexual hacia la naturaleza también forma parte de un activismo medioambiental muy específico. Más que un movimiento sexual, o una nueva orientación sexual, según ellas, es una filosofía de vida.
Tener relaciones sexuales con el bosque, una montaña o un río, forma parte de la conexión profunda con la Tierra, objetivo final de los ecosexuales. Dicha conexión no es sólo sensual, sino también mental y sobre todo espiritual. Desde mantener sexo explícito con plantas, rocas y árboles, hasta susurrar frases morbosas a dichos elementos, todo cabe dentro de esta práctica. Eso sí, siempre con gran reverencia y respeto hacia la madre Tierra.
La ecosexualidad como activismo
Para seguir esta filosofía sexual no importa la orientación sexual ni de género de los participantes. Todas las variantes incluyendo, heterosexuales, homosexuales, asexuales o trans tienen cabida en la ecosexualidad. Es más, sus defensoras y fundadoras defienden el movimiento como una parte fundamental del ecofeminismo.
Para las citadas artistas no hay mejor forma de rebelarse contra la misoginia de la sociedad patriarcal que hacerse ecosexual. De esta forma, no sólo están yendo en contra de los estereotipos marcados por las mentes masculinas, sino que también buscan una forma de expresión de la sexualidad más ecológica y sostenible.
Además de hacer el amor con la naturaleza, un gran grupo de ecosexuales practica el veganismo y reivindican el consumo responsable. En consecuencia, no sólo es un movimiento sexual diferente, sino que sobre todo es una forma de respetar el entorno. La ecosexualidad por tanto, se convierte en la forma suprema de respeto por el medio ambiente.
Las ventajas de la ecosexualidad
Esta filosofía sexual tiene muchas ventajas, entre ellas, la primera es la erradicación de las enfermedades de transmisión sexual. Además, al no tener que depender de otro ser humano para el sexo, da mayor libertad individual. Por no contar con los beneficios que aporta a la naturaleza al reverenciarla de forma tan amorosa y respetuosa.
Lo que no aclaran es si además de tener relaciones sexuales con la madre Tierra, también tienen pareja. Quizás se puedan establecer relaciones de pareja donde sólo la sexualidad se ejerce de forma diferente. A fin de cuenta, una cosa es el amor, y otra la sexualidad, muchas veces están unidos, pero no necesariamente han de darse al unísino.
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