Reconocer la maternidad a una pareja de lesbianas en Polonia es un hecho histórico. Este país, además de marcadamente católico, no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mucho menos aún reconoce la maternidad o paternidad de parejas del mismo sexo.

La justicia polaca avala la maternidad a una pareja de lesbianas

El Tribunal Supremo de Varsovia ha fallado a favor de una pareja de lesbianas a inscribirse como madres de un niño en el Registro Civil de la ciudad. La pareja, que ya se había inscrito en el Reino Unido, vio como en su Polonia natal le era denegado dicho derecho. Ante tal discriminación, no dudaron en apelar al Tribunal Supremo, el cual ha fallado a su favor.

Esta sentencia marca un antes y un después para el colectivo LGTBI+ de Polonia. Este país tiene una legislación muy restrictiva sobre la homosexualidad. En Polonia, el poder político está en manos de un gobierno ultraconservador. Este gobierno, exalta los valores tradicionales y cristianos como estandarte y lema de su programa político.

De hecho, el partido Ley y Justicia (Prawo i Sprawiedliwość o PiS) ha llevado a cabo una reforma del Tribunal Constitucional para llevar adelante todas sus iniciativas políticas sin traba alguna. Algunos de estos proyectos son perlas dictatoriales como el control de los medios de comunicación, la prohibición del aborto, o dar más poder a la policía.

Las ideas ultraconservadoras del gobierno han llegado hasta el punto de intentar cancelar la representación de una pieza teatral de Elfriede Jelinek, Nobel feminista. Esta activista feminista austriaca, recibió el Nobel de Literatura en 2004, y es autora de numerosas novelas, libretos de ópera, guiones cinematográficos, libros de poesía, ensayos y obras de teatro. Todo esto al parecer era una amenaza contra los valores tradicionales y opresivos del PiS.

El PiS y el retorno a la Edad Media

El gobierno polaco, en su afán por reformar las mentes de los polacos de vuelta a la Edad Media, ha anunciado la eliminación de la educación sexual en las escuelas. Al parecer, los miembros del gobierno consideran que la educación sexual es obra del demonio o de herejes. Sólo falta el resurgimiento del tribunal de la Santa Inquisición para culminar el proceso.

Obviamente, todas las ayudas económicas al colectivo LGTBi han sido retiradas y suprimidas. La misma suerte han corrido las ayudas a la fecundación in vitro, no vaya a ser que las mujeres puedan embarazarse solas. Y por supuesto, este gobierno es anti refugiados, es más, el Gobierno ha acusado a los refugiados de portar enfermedades ya erradicadas en Europa.

El PiS no escatimará en esfuerzos para retornar a la moral católica. Para ello, y a través del Instituto de Asuntos Públicos lanzará un programa nacional para la procreación. Eso sí, nada de pornografía en los teatros, ni de clases de educación sexual, la procreación ha de ser totalmente aséptica y cristiana.

Con un gobierno así, no es de extrañar que la noticia del Tribunal Supremo reconociendo el derecho de maternidad a una pareja de lesbianas haya sido una auténtica bomba mediática. Esperemos que ésta y otras muchas lesbianas puedan seguir luchando por sus derechos, no sólo en Polonia, sino en el resto del mundo.