La pareja de lesbianas formada por Lisa Licata y Sherry Lau, han tenido que soportar durante años la homofobia de sus vecinos. El matrimonio, residente en Pennsylvania, decidió pintar su casa con el arcoíris como respuesta a la discriminación que sufrían.
Arcoíris contra la homofobia
Lisa y Sherry se mudaron a Penn Hills hace cinco años, desde entonces, sus vecinos Ron y Iolanda no han parado de insultarlas. De hecho, no sólo las insultan, sino que la pareja de lesbianas sospecha que sus vecinos mataron a su perro de un disparo.
Cuando llegaron al barrio, sus vecinos, pensando que eran madre e hija no demostraron ningún comportamiento homofóbico. Todo empezó cuando supieron que Lisa y Sherry eran una pareja de lesbianas casada. A partir de ese momento, los vecinos homófobos comenzaron a insultarlas y molestarlas día sí y día también.
En respuesta a dicho comportamiento, decidieron pintar la pared que linda con la casa de sus vecinos con bullying. Puesto que los vecinos protestaron por el uso de dichos colores, ahora han decidido pintar la casa entera.
Sherry ha encarado más de una vez a sus vecinos dejándoles claro que no piensan mudarse. Por más insultos o comportamientos homófobos, ellas seguirán resistiendo en la casa y el barrio que han elegido.
Por desgracia, este tipo de actitudes homófobas se dan en todas partes. En este caso, acosan a dos chicas lesbianas por ser pareja y estar casadas. Pero la peor parte es cuando acosan a niños LGTB que no tienen la capacidad de defenderse. Este ha sido el caso de un menor que se ha suicidado recientemente debido al bullying que le hacían sus compañeros de clase.
James Myles la última víctima de la homofobia
James era un niño de 9 años que vivía en Denver. Al saberse homosexual decidió contarlo a su familia y amigos. Su familia lo aceptó de inmediato sin ningún problema, como tiene que ser, cosa que empujó a James a contarlo en clase. Pero sus compañeros no tuvieron la misma respuesta.
Desde el mismo día en que el pequeño James dijo a sus compañeros que era gay, empezó el acoso. Una de las frases que le decían con frecuencia era que se suicidara. Cosa que así ocurrió al final, después de soportar un infierno diario. La magnitud del bullying fue tal que consiguieron acabar con él en tan sólo cuatro días. Esto puede dar una idea de todo lo que aún queda por mejorar en la sociedad.
Las conductas homófobas de los niños vienen de alguna parte, un niño per se no es homófobo. Los padres de esos niños, los profesores, y la sociedad en general, deberían reflexionar sobre el mensaje que están dando a los más pequeños. El suicido de James es consecuencia directa de la homofobia, por tanto, la responsabilidad cae de pleno en las familias y el sistema educativo.
Si el arcoíris sirve para reivindicar los derechos LGTBi, habrá que usar más esos colores en todos los rincones.
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