Seguro que has oído hablar del body shaming. ¿Qué es? Es un término moderno que significa algo así como avergonzar por el cuerpo. Aunque sea un concepto nacido en las redes sociales, la costumbre de criticar a alguien por su cuerpo o su aspecto físico en general, está muy arraigada en la cultura y en el día a día. Por desgracia.
Body shaming una variante del bullying
El bullying ha existido siempre y ya desde niños hemos puesto motes que hacían referencia al físico de los compañeros. “Gafotas”, “gordi”, “dumbo”, “coneja”, eran los más inocentes. Hoy día, internet y redes sociales han reforzado esta fea costumbre hasta límites impensables. El body sharing como tal surgió hace ya un tiempo y los protagonistas eran actrices, deportistas o celebridades muy populares que a través de las fan page eran expuestas en fotos robadas poco favorecedoras. Publicaciones como Cuore, son una verdadera oda al body shaming, donde el escarnio y la crítica malsana son los protagonistas.
Se critica con gran desprecio los kilos de más “se está poniendo como una foca”, o los kilos de menos “qué asco da, que se coma un buen cocido”, o cualquier otro detalle anatómico, “tan joven y con celulitis”, “tiene las tetas caídas”, “tiene la cara fatal”, etc.,etc. Cualquier tipo de cuerpo, se ajuste o no a los cánones estéticos, puede ser víctima del body shaming.
Han pasado ya varios años pero recordemos el caso de la ex modelo de Playboy Dani Mathers. La chica subió una foto a Snapchat donde aparecía al fondo una mujer de edad avanzada desnuda cambiándose en el vestuario del gimnasio, mientras ella hacía un gesto de mofa. Rápidamente se viralizó indignando a los usuarios, hasta tal punto el gimnasio donde se realizó la foto expulsó a la modelo y le vetó el acceso a cualquier otra sucursal de su franquicia en todo Estados Unidos.
La presión por la estética
Sin embargo el body shaming sigue circulando de comentario en comentario y de boca en boca. Seguro que conoces a personas que se avergüenzan de alguna parte de su cuerpo. O de varias o de muchas. Puede que tu seas una de esas personas. La cultura actual está dominada por el imperio de la eterna juventud, por la cirugía estética, por la presión de la aparente perfección y por el photoshop. Y esto nos llena de inseguridades, incluso nos amarga la vida hasta tal punto que muchas personas reaccionan tratando de hacer sentir mal a los demás.
El body shaming además es agresivo y cruel, atacando directamente y con intención dañina a la autoestima de la persona que lo recibe. ¿Qué nos está pasando como sociedad? ¿Dónde quedó la empatía y la sensibilidad? Demasiado a menudo nos topamos con tristes noticias de menores de edad que recurren al suicidio debido al implacable bullying del que han sido víctimas. Por llevar braquets, por padecer estrabismo, por tener pecas, o una cicatriz…
Desde aquí te invitamos a reflexionar sobre tus propias actitudes y relaciones con los demás. Todo el mundo critica a los demás, no vamos a ir de santas, y es fácil que en un momento dado le hayamos hecho body shaming a alguien. Pero una es tarde para hacer auto reflexión y cambiar. Hay tres puntos importantes que no debemos olvidar:
- Si no tienes algo positivo que decir de alguien, no digas nada.
- No tiene por qué agradarte todo el mundo, ni mucho menos. Puede incluso provocarte rechazo determinada estética. Pero eso no te da el derecho a insultar.
- Detrás de esas personas hay alguien con sentimientos, con una personalidad, que tiene cosas que aportar. Somos mucho más que la imagen que proyectamos.
Y si tú has sido víctima de body shaming, no dejes que te convenzan para ser tu propio verdugo. Quiérete con tus defectos y tus virtudes y aléjate de las personas que te hacen sentir mal.
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