Personas diversas de todo tipo, trans, pansexuales, gender fluid, asexuales, no binarias, etc.. Todas se hacen presentes en la manifestación del Orgullo Crítico.
Una marcha para la diversidad
Al ritmo de la poderosa percusión del grupo La Batucada que Entiende, se gritaron proclamas que hacían alusión a la “resistencia trans” o al cuestionamiento de la identidad sexual y de género. Para permitir el acceso también a las personas con diversidad funcional, se habilitó un espacio para sillas de ruedas. Este año, el leitmotiv elegido para esta señalada movilización anual, es la realidad del colectivo trans. De esta forma se pretende dar visibilidad y exigir que se cumplan las leyes establecidas contra la transfobia.
Hace tan solo unos días, la transexualidad era desapatologizada por la OMS. La organización, tras una actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades, retiraba esta condición del apartado de trastornos mentales. Donde hasta 1990 se encontraba también la homosexualidad. Este nuevo manual no entrará en vigor hasta el 2022, pero de cualquier modo es una buena noticia que queremos celebrar.
El Orgullo Crítico: reivindicación anticapitalista
Pero regresemos al Orgullo Crítico. ¿Por qué es “crítico” ? Esta manifestación alternativa se caracteriza por un espíritu anticapitalista, que sostiene que el programa oficial del orgullo se mueve más por la rentabilidad que por el activismo. “Menos negocio y más derechos” rezan algunas pancartas. Las voces del Orgullo Crítico sienten que esta reivindicación se ha vendido a las empresas y los comercios que aprovechan el tirón mediático y turístico para hacer caja. Algunos de los representantes de esta marcha son movimientos más radicales como LSD (lesbianas sin duda) o Radical Gai, grupos queer que ya en la década de los 90 revolucionaban el panorama LGTBQ+ de la escena madrileña.
Critican también que la marcha del Orgullo se ha convertido en una marcha eminente gay, donde tienen poca cabida otras identidades. Algunos activistas hablan incluso de “homonormatividad” como un fenómeno adoptado por el colectivo gay cuando asumen los patrones tradicionales del mundo heterosexual. Esto lo vemos cuando la imagen más visible del orgullo encaja en los estereotipos de género binario. Cuerpos de gimnasio, masculinidad destacada, y por supuesto, nada de pluma. Ya hablamos aquí hace un tiempo de los prejuicios de la plumofobia, que debemos combatir.
Revisando el activismo
Así pues, se plantea una cuestión. ¿El colectivo LGTBQ+ goza de aceptación social cuando se ajusta a los patrones binarios del sistema? ¿Qué pasa con las personas que se salen de esa norma, que no se identifican con lo tradicionalmente establecido? A estos grupos es precisamente a los que se quiere dar voz a través del Orgullo Crítico.
También se reivindica la presencia bisexual que, aún hoy día, lamentablemente sufre discriminación bifóbica tanto fuera como dentro del propio colectivo LGTBQ+.
La presencia en la marcha es fundamentalmente joven. Transita por una de las calles principales de la capital. Desemboca en la céntrica plaza de Callao, donde se leyó el manifiesto. Sin embargo también vemos a personas de 60 y 70 años que lucen chapas con la bandera arcoiris y que acuden, sean o no parte del colectivo. Recuerdan la dureza del trato que se les daba a transexuales y homosexuales durante la dictadura. La solidaridad les mueve a reclamar que se respeten los derechos de todos.
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