Nadie nos ha enseñado a gestionar las discusiones de pareja, y la mayoría de nosotras lo hacemos mal. En cualquier relación de pareja es normal tener alguna discusión de vez en cuando. Lo que es menos frecuente es disponer de las herramientas de inteligencia emocional necesarias para resolverlas de forma madura. 

Cómo actuar en discusiones de pareja

Por lo general, una discusión se inicia cuando se presenta una discrepancia entre las opiniones de ambas. Cada una intenta esclarecer por qué su versión es la correcta y a la vez demostrar que la otra está equivocada. Y de esta forma nos olvidamos que no solo hay una verdad ni una única realidad.

Muchas veces, lo que empieza siendo una discusión sin demasiada importancia se nos va de las manos. Y acaba siendo mucho peor de lo que parecía en un principio. Para evitar que esto suceda es muy importante que sigas estas pautas que vamos a compartir.

No grites

Por muy intensa que sea la discusión, no eleves la voz. Es más, ve bajando el tono y así tu pareja bajará también la guardia y la conversación se irá calmando poco a poco. Es difícil pero es una forma efectiva de reducir la tensión del momento.

No te dirijas a ella sin mirarla a los ojos

El contacto visual debe ser estable. Si te das cuenta, es común que, durante un enfado, desviemos la mirada, lo cual hace que la comunicación se dificulte ya que aumenta el malestar de la otra persona. Una conversación conciliadora y limpia, debe presentar coherencia entre el lenguaje verbal y el gestual. Y la mirada directa muestra sinceridad y seguridad.

No interrumpas

Es complicado porque en las discusiones de pareja acaloradas, necesitamos replicar cada argumento. Sin embargo es importante respetar el tiempo de cada una para exponer su su versión. Empezar a hablar las dos a la vez, a ver quien se hace oír más, no conduce a nada bueno. Deja que que exprese sin prisas y una vez que termine, habla tú y contradice lo que creas necesario, sin levantar la voz y mirándola con franqueza.

Define la finalidad de la discusión

¿Queremos ser constructivas y sacar algo en claro? ¿O simplemente pretendemos quedar por encima? Si entramos en esta segunda opción, la cosa se puede desviar fácilmente hacia ataques personales, reproches, trapos sucios y comentarios totalmente innecesarios, improductivos y que además pueden herir a la otra persona.  Decir cosas que no sentimos en la discusiones de pareja, no solo nos llevará a arrepentirnos, sino que va a lastimar a tu pareja. Es una actitud bastante tóxica que puede perjudicar nuestra relación de forma irreversible.

Cede cuando corresponda

De lo que se trata en las discusiones de pareja es básicamente de negociar un acuerdo en la que ambas ganen o cedan a partes iguales. No queremos imponer, ni aceptar la imposición, si no de encontrar una solución que nos satisfaga a las dos. Por otra parte, habrá aspectos de la vida sobre los que no compartáis la misma opinión. No por ello hemos de pasarnos el rato intentando convencer a la otra para que adopte tu misma postura. Una pareja sana puede convivir con la pluralidad de ideas.

Controlar nuestras emociones para no ceder a nuestros impulsos, es imprescindible para parar una disputa que se está saliendo de control. Te animamos a aplicar estas pautas para comenzar a manejar tus discusiones de pareja con inteligencia emocional.