Hoy venimos con un nuevo caso de homofobia en el deporte. Un tema que a pesar de estar en 2018 sigue candente. Tanto gays como lesbianas hemos sufrido y sufrimos humillaciones e insultos. Puede que especialmente esto ocurra en el ámbito del deporte. Y es que en este artículo pretendemos aportar una teoría sobre la homofobia en el deporte un poco más profunda.

Alison Van Uytvanck y la homofobia en el deporte

Hablamos de las declaraciones que ha hecho la tenista  Alison Van Uyvtank al diario suizo Blick. En ellas la joven belga reconocía la discriminación que sufrió como consecuencia de su condición sexual. Van Uytvanck contó que hacia los 15 o 16 años descubrió que le gustaban las mujeres. En ese momento empezó su calvario. Alison ha explicado cómo algunas jugadoras del circuito le hicieron bullying solo por ser lesbiana.

La entrevista no se quedó solo ahí. La tenista aprovechó la ocasión para cargar con dureza contra Margaret Court. La ex-jugadora de tenis que en los últimos tiempos criticó a otras tenistas lesbianas como Martina Navratilova. Otro precedente más de homofobia en el deporte.

Pese a la dureza de sus declaraciones, el mensaje de Van Uytvanck es optimista.  La joven tenista anima a otras jugadoras lesbianas a que no tengan miedo de salir del armario públicamente. Sus éxitos deportivos han hecho que digiera mejor el bullying del pasado. Además, ha tenido la suerte de conocer a su media naranja también en las canchas: la también tenista belga Greet Minnen.

Lo triste…

Lo cierto es que lejos de apoyarse unas a otras algunas mujeres prefieren cargar contra otras por su orientación sexual. Esto es especialmente grave en un mundo (el del deporte) donde las cosas son aún más difíciles.  Y es que la homofobia en el deporte está aún mucho más extendida de lo que parece. En general parece que es una esfera a la que todavía no llega la transparencia. Quizás precisamente por el grado de profesionalización que tiene. Ese ambiente de elitismo hace que este tipo de cosas sean más «permitidas».

A lo que me refiero es que la homofobia en el deporte puede estar más extendida precisamente por su elitismo. En efecto, por tratarse de deportes de élite deben quienes sufren homofobia en el deporte «aguantar» más. Sí que creo que la cultura del sacrificio y el esfuerzo puede volverse en contra de alguien. Con el pretexto de «lo que cuesta llegar aquí» en muchas ocasiones se acostumbra a los deportistas a ceder. ¿Qué espacio ocupa la vida personal en el caso de muchos deportistas? Si desde el principio para acceder al deporte de élite te dicen que renuncies a tu tiempo. Esa intromisión podría después extenderse también hacia tu sexualidad. Y naturalmente hacia tu propia orientación sexual. 

Lo que quiero decir es que esa cultura del sacrificio también incluye el sacrificio a uno mismo. El plegarse a una disciplina y un sacrificio que te exige en muchas ocasiones renunciar a demasiado. Parece desprenderse esto de numerosas declaraciones de deportistas de élite. Al fin y al cabo podríamos decir que la homofobia en el deporte es el precio (injusto) que muchas personas deben pagar aún por cumplirlo. Deja tu opinión sobre este tema o, en general sobre cualquiera que te apetezca. ¿Te parece que aún existe homofobia en el deporte?