Entendemos por radar gay, gaydar o lesbiradar, a esa capacidad para intuir la orientación sexual de otra persona. ¿Existe o se basa en puros clichés interiorizados de manera inconsciente?

¿Existe el radar gay?

Pues un reciente estudio ha demostrado que realmente el radar gay, funciona. Este estudio se publicó en la revista digital PLoS ONE. La intención era demostrar que cuando vemos a una persona, inconscientemente emitimos un juicio acerca de su posible orientación sexual.  Joshua Tabak, quien es psicólogo en la Universidad de Washington, aparece como principal autor de este estudio. Según su hipótesis, las personas tenemos cierta habilidad natural y espontánea para conocer la orientación sexual de la gente. Ocurre de un simple vistazo, por simple observación e intuición instintiva. Pero esta capacidad entraría en conflicto con los que aseguran que siempre existe alguna forma, más o menos sutil de externalización.

El estudio se llevó a cabo con 129 estudiantes a quienes presentaron una serie de 96 fotos de hombres y mujeres que habían dejado constancia previa de su orientación sexual. Las imágenes se pasaron rápidamente, menos de lo que dura un parpadeo. Así los participantes, no tenían tiempo de valorar racionalmente su opinión. Para que el experimento fuese más neutral, se desecharon rostros con gafas, maquillaje, piercings, barba, o cualquier elemento que pudiese influenciar sobre la opinión de los estudiantes. También se decidió no mostrar el peinado para evitar cualquier posible pista sobre la orientación sexual. Además, se pasaron las fotos en blanco y negro.

Los resultados de la prueba fueron sorprendentes y hubo más aciertos que errores. En las fotos de mujeres la precisión era del 65% y las de hombres, del 57%. Algunos de los participantes demostraron una nula capacidad para entrever la orientación sexual en los rostros. Pero otros, tenían un radar gay francamente afinado.

Explicación científica

Obviamente, este es un estudio que se basa en la estadística más que en datos científicos. Conviene señalar que en la prueba, los propios participantes homosexuales resultaron tener mejor radar gay que los heterosexuales. Probablemente, la interacción social con personas del colectivo LGBT puede favorecer esa capacidad para identificarles. Pero no tiene nada que ver con una fisonomía especial dictaminada por los niveles hormonales durante la etapa de gestación ni teorías similares. El radar gay funciona simplemente cuando aprendemos a interpretar el lenguaje no verbal. O cuando incluso emitimos mensajes corporales inconscientemente y la otra persona responde a ellos.

Si el radar gay existe y funciona, se basa principalmente en la forma en la que cada uno analiza el lenguaje no verbal de los demás. Depende de lo observadora que sea cada una y la capacidad que tenga para tomar conciencia de esos pequeños detalles. La forma de mirar de una mujer, el tiempo que mantiene la mirada, la manera en la que habla, la posición y los gestos de su cuerpo. Normalmente, un gay y una lesbiana pueden captar estos detalles. Aunque también hay quien necesita un neón para darse cuenta de que le están tirando los trastos.

Así pues, aunque el radar gay sea más un mito que una verdad científica, lo cierto es que algo hay y se llama intuición. Y tú, ¿tienes tu gaydar bien desarrollado?