Las dificultades al salir del armario pueden ser muchas. Sobre todo si percibes que tu entorno es poco tolerante con estas cosas. Nada da más miedo que la posibilidad de que nuestros seres queridos nos rechacen.
Decir “soy lesbiana” (o gay, bisexual, transexual, etc) es un momento breve. Pero llegar a ello supone una serie de dificultades e indecisiones que hay que afrontar. Estas son algunas.
Escoger a quien se lo dices primero
Esa primera vez es la más difícil pues nunca lo has hecho antes y no tienes ni idea de como puede ser la reacción a la que te enfrentas. Muchas personas pasan días tratando de imaginar quien reaccionará mejor de todos los miembros de la familia. O si alguno llorará. O si se sentirán decepcionados. Las rumiaciones de una joven que necesita salir del armario pero no sabe cómo hacerlo, pueden llegar a ser muy angustiosas. Lo mejor es comunicárselo a la persona con quien más confianza tengas para tener un soporte seguro cuando tengas que informar al resto.
Elegir un buen momento
Otra de las dificultades al salir del armario es saber elegir el momento adecuado. Depende de la apertura mental de cada persona, pero por lo general puede ser una noticia impactante. Así pues, quien sale del armario ha de escoger un momento calmado para que todo resulte más fácil y no desemboque en discusiones. Suele ser algo muy agotador y más cuanto más se prolongue.
Encontrar las palabras
Para que la comunicación sea más sencilla, tenemos que intentar entender el contexto social de la otra persona. De esta forma podrás hacerte comprender mejor. Por ejemplo, si eres bisexual, probablemente se lo tendrás que explicar de una forma distinta a tu familia que a tus amigos.
Controlar los nervios
Aquí depende mucho de la persona que esté a punto de salir del armario. Para algunas, la incertidumbre puede ser desesperante. Otras sienten que, una vez tomada la decisión, ya se han quitado medio peso de encima y desean pasar cuanto antes ese momento. Pero por lo general, todo el mundo se pone muy nervioso en esta situación.
Enfrentar una mala reacción
De todas las dificultades al salir del armario, esta podría ser una de las peores. Que alguien responda mal puede llegar a afectar mucho. Sobre todo si hablamos de jóvenes con una estructura emocional aún más vulnerable. Es importante tener claro que la forma en la que los demás reaccionan ante la diversidad sexual no es algo que podamos controlar. A veces la gente reacciona mal por lo imprevisible de la noticia. Con el tiempo aprenden a normalizarlo.
Perder amigos
Puede ocurrir que algunos compañeros y supuestos amigos decidan alejarse tras una salida del armario. Puede que no lo entiendan, que no sepan como tratarte o que no se sientan capaces de manejar la situación. Y ante esta falta de capacidades, prefieran dejar de hablarte o salir contigo. Duele mucho, cierto, pero los amigos de verdad no juzgan. Y mucho menos basan su amistad en la orientación sexual. No queremos gente homofóbica, hipócrita o cobarde en nuestra vida.
Sincronizarte con tu pareja
A veces un miembro de la pareja ha salido del armario mientras que la otra está todavía, digamos que “en trámites”. Esto puede complicar las cosas un poco si implica que ambos mantengan su noviazgo en la clandestinidad. Sin embargo hay que tener paciencia y entender que cada persona vive sus propias circunstancias y que cada cual necesita su tiempo.
Si estás a punto de salir del armario, ¡no tengas miedo! A pesar de las dificultades que tengas que afrontar, ten por seguro que merecerá la pena.
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