La homosexualidad en animales es algo que se da con cierta frecuencia. Lo cual viene a confirmar que es una orientación sexual absolutamente natural y normal. Conocido es el caso de los pingüinos Olli y Stan. Fueron llevados al zoo de Berlín con la idea de que se reprodujesen con las hembras que vivían allí. Pero por lo visto la cosa fue un flechazo. No solo no contribuyeron a aumentar la natalidad, sino que iniciaron una relación de pareja. Al cabo de un tiempo fueron trasladados a Hamburgo donde conviven con otra pareja de pingüinos machos, Carlos y Juan.
Homosexualidad en animales: una ley natural
Aunque no se debe realizar una lectura de la naturaleza desde un punto de vista antropomórfico, es evidente que la conducta homosexual o bisexual no es solo cosa de humanos. Es más, casi cualquier variación de la sexualidad humana o manifestación emocional se puede hallar en otros animales.
La homosexualidad en animales incluye todas las posibilidades de expresión sexual: el cortejo, las muestras de afecto, las relaciones sexuales, la convivencia y el cuidado de las crías.
En algunas especies de aves se pueden encontrar hembras que ponen sus huevos en los nidos de parejas del mismo sexo. Estos se encargarán de criar y cuidar a los polluelos. Hasta un tercio de las parejas de los albatros están formadas por dos hembras. Y esto ocurre aunque haya machos solteros y disponibles en la zona. Aproximadamente una cuarta parte de las parejas de cisnes negros australianos, están formadas por dos machos.
¿Por qué hay animales homosexuales?
El debate lleva décadas sobre la mesa: ¿qué sentido evolutivo tiene el comportamiento homosexual? ¿Por qué las distintas especies tienen unas preferencias que no tienen como finalidad directa la reproducción? Es una pregunta que los expertos llevan mucho tiempo haciéndose. En realidad la homosexualidad en animales es una estrategia reproductiva alternativa, una táctica de cooperación entre miembros de una comunidad. También es una forma de suavizar las desavenencias intrasexuales y facilitar las relaciones sociales.
Así pues, la evolución y el comportamiento tienen en cuenta muchos otros factores además del reproductivo.
Todo lo que existe en biología es natural y tiene una función. A pesar de esto, sigue habiendo quien dice que, de aumentar el porcentaje de tendencia homosexual, peligraría la perpetuación de las especies. Lo curioso es que muchos animales mantienen relaciones homosexuales con algunas esporádicas de tipo heterosexual. De esta forma, contribuyen a la procreación. Más o menos como ocurría en la antigua Roma. Los delfines por ejemplo, se pueden aparear machos con hembras de forma fugaz, y después regresar a su relación estable con otro macho.
Haciendo un recuento general, son varios cientos de especies animales las que practican la homosexualidad, según algunos científicos, al menos 1.500. Entre las estudiadas encontramos osos, gorilas, leones, jirafas, pingüinos, bisontes, oras, delfines, búhos, buitres, mofetas, koalas, sapos o salmones. Incluso algunos tipos de insectos. Y por supuesto, la especie humana.
Como vemos, la homosexualidad en animales es algo muy común e interesante de estudiar. En lo único que somos especiales los humanos es en que somos la única especie capaz de hacer coexistir la homosexualidad y la homofobia.
Ningún Comentario