Seguramente os ha pasado. Comenzáis a salir con alguien y pensáis, ¿es la persona adecuada? Lo pasáis bien juntas, os dais cariño y todo aparenta fluir, pero no terminas de estar segura. Y dejas pasar el tiempo, en espera de que surja la chispa, esa magia que te da todas las respuestas. Pero para tener las cosas claras cuanto antes, conviene prestar atención a una serie de banderas rojas que te indican que deberías abandonar la relación. No solo por ti, también para evitar jugar con los sentimientos de tu pareja.

Te preguntas continuamente si es la persona adecuada

No te bases en opiniones ajenas para tomar decisiones sentimentales. Acepta consejos, eso sí, de personas de confianza. Porque desde fuera todo se ve distinto y más claro y a veces bien tener otra perspectiva. Pero sólo tú y tu pareja sabéis como es vuestra relación. Al final tú decides quién es la persona adecuada.

Otra cosa es que tengas una voz interior dándote toques de atención. Eso suele pasar cuando ciertas actitudes de tu pareja no te terminan de encajar, pero las estás aceptando de forma forzada. Por amor.  Sin embargo, los psicólogos especialistas en relaciones tóxicas o conflictivas están de acuerdo en que en estas situaciones debemos escuchar a nuestra intuición. Si sientes que algo no va bien, aunque no puedas explicar exactamente por qué, significa que probablemente la cosa va a ir mal.

Piensas que llegará alguien mejor

Es un pensamiento que se repite en tu cabeza porque sientes que no tienes la plenitud que esperas en una relación. Como si todo estuviese un poco a medias. Quieres más y mejor. Y lo mereces.  Procura no utilizar a nadie como relación puente, no es muy ético para la otra persona, ni saludable para ti. Las relaciones puente además pueden llevar a la creencia de que no existe la persona adecuada.

No te reconoces

Si estás en una relación que te hace perder la identidad, debes salir de ahí cuanto antes.  No nos referimos a una crisis existencial tras haber cumplido años. No. Es esa sensación de que tienes que dejar de ser tú misma para gustarle a tu pareja. Cambiar y resolver nuestros errores es algo que está bien, pero es un proceso que forma parte de una evolución personal que haremos a nuestro ritmo, dialogando con nosotras mismas. Quien te ama de veras y te respeta, no te critica, ni te trata de cambiar.

Llevas el peso de la relación

Tienes la impresión de que eres la única de las dos que aporta algo a la relación y tu pareja simplemente, se deja llevar. Si no hay reciprocidad en la intensidad y la capacidad de entrega, no te conviene. No solo por la desigualdad existente, también exigirá de ti una cantidad de energía que te dejará agotada. La persona adecuada suma, no resta.

Está muy ocupada

No pretendemos ser asfixiantes ni tomar más espacio vital del que nuestra pareja nos pueda dar. Pero cuando te gusta alguien de verdad, le buscas, le extrañas y quieres que ella lo sepa. Si no tiene tiempo para ti, puede que te esté haciendo un icing en toda regla. Lo que está claro es que no deberías seguir a su lado, mendigando un ratito en su apretada agenda. No es la persona adecuada para ti.

No sientes que haya compromiso

Si no sientes deseos de elaborar un proyecto de vida junto a tu pareja, es que de algún modo sabes que esa relación no es sólida. Entonces deberías reflexionar sobre qué te ha empujado a estar con esta persona. Puede ser por miedo a la soledad, por aburrimiento, por despecho… No pasa nada por tener una relación sin pretensiones, siempre y cuando tu pareja lo sepa. No le hagas creer lo que no es, sinceridad y honestidad ante todo.