Las reacciones de los padres ante la noticia de la homosexualidad de sus hijos puede ser muy variopinta. Afortunadamente, el trabajo de visibilización y aceptación llevado a cabo por el colectivo LGTB, ha conseguido normalizar cualquier orientación sexual. Así que un gran número de padres reaccionan de manera positiva. Ofrecen todo su apoyo a sus hijos desde el primer instante. Sin embargo, en muchos otros casos, los padres de hijos homosexuales no tienen una buena reacción.

¿Qué sienten los padres al enterarse?

El sentimiento que experimentan puede ser desconcierto, inseguridad o, incluso, hay algunos que se enfadan. Detrás de estas manifestaciones de enojo y disgusto suele encontrarse el miedo. Miedo a las opiniones ajenas derivadas de los prejuicios. Miedo por ignorancia o miedo por la discriminación que sus pequeños pueden llegar a sufrir por su condición sexual. Algunos, simplemente, necesitan un tiempo para asimilarlo y rehacer todas las ideas y expectativas que se habían formado sobre sus hijos.

Hay casos de familias muy férreas para las que la tradición o la religión son el eje central de sus vidas y se muestran incapaces de aceptar la homosexualidad. Los los menos, pero también los más difíciles, sobre todo para los hijos, que se ven obligados a distanciarse emocionalmente de sus padres para poder mantener su autoestima.

Cosas que deben saber los padres de hijos homosexuales

La información en todos los campos de la vida es fundamental para entender las cosas que nos asustan porque nos resultan desconocidas. Por eso, el consejo principal que debe seguir los padres de hijos homosexuales es informarse. Y entender unos conceptos básicos.

  • No es una elección. Nadie decide cual quiere que sea su condición sexual. Y ni siquiera la ciencia puede asegurar cuales son los mecanismos, psicológicos y físicos, que hacen que una persona tenga una orientación u otra.
  • No es una enfermedad. Es cierto que hasta hace sólo unas décadas, estuvo catalogada como trastorno. Pero a estas alturas ha quedado claramente demostrado que no es ninguna enfermedad ni un mal que se pueda evitar, prevenir o curar.
  • No es contagiosa. Algunos padres de hijos homosexuales creen que esta conducta puede provocar contagios. O incitar a que otros la imiten. Estamos hablando de atracción entre dos personas, no de una moda de quita y pon.
  • No hay más riesgo de contraer alguna ETS. La asociación entre SIDA y mundo gay está ya más que superada. El peligro de contagio está determinado por las prácticas de riesgo, no por la orientación sexual. Los hijos deben estar concienciados a este respecto, sean heterosexuales u homosexuales.
  • Existe desde siempre. No, no es un vicio moderno, ni nada semejante. Ahora todo es más público y se lucha mucho por normalizar las orientaciones sexuales minoritarias. Pero siempre ha estado ahí, existiendo en todos los tiempos y en todas las culturas. Y en todas las especies, ya que la homosexualidad en el mundo animal se da también con cierta frecuencia.

Lo peor que le puede ocurrir a un hijo no es ser gay o lesbiana. Sino tener que vivir su condición en un ambiente hostil.  El amor y la comprensión que merece es la misma, independientemente de las parejas que decida tener. Y juntos podéis seguir luchando por la igualdad.