Gays y lesbianas están de nuevo en el candelero. Lo están pese a su desconcierto. Todo se debe a la reciente aparición de una noticia que nos explicaba cómo en un hotel de Italia se habían dispuesto los baños, además de en función del género, en función de la orientación sexual. Así, en lugar de encontrar los clásicos «hombres» y «mujeres, encontramos también baños específicos para gays y lesbianas. Más bien, hasta donde sé, baños exclusivos para los gays. Con el propósito de dar nuestra opinión sobre esta noticia y dicho suceso, escribimos este artículo.

¿Baños para gays y lesbianas?

Definitivamente, no. En mi opinión no es necesario. La separación de los sexos en los baños públicos responde no tanto a la diferencia entre géneros sino más bien a los riesgos de uno de ellos respecto al otro. Como consecuencia de la gran cantidad de episodios de violencia de hombres hacia mujeres fue que se hizo dicha separación. Por lo demás, esa separación al cabo del tiempo se entendió como una forma de evitar actos lascivos.

Sin embargo, podríamos preguntar a miles de mujeres si preferirían unos baños mixtos. Probablemente, pensando en su propia seguridad contestarían que no. Particularmente me siento más segura en baños separados. Sin embargo, los baños para gays y lesbianas no tienen ningún sentido. Ningún sentido razonable, quiero decir.

¿Por qué estos baños para gays y lesbianas?

Hay una razón muy sencilla. El hombre heterosexual busca defenderse de agresiones sexuales gays. Cuando los hombres se burlan de las mujeres que consideran acoso que no dejen de mirarte, habría que decirles «¿y qué te parecería que un gay no dejara de mirarte?». Probablemente, su orgullo heterosexual se sienta violentado en dicha situación. En mi opinión, más que un detalle bienintencionado (de mal gusto) se trata de una medida para proteger al hombre hetero.

Los baños para gays y lesbianas no tienen propósito más allá de señalar al gay. Porque hay que decir que, propiamente, solo existen baños de este tipo para gays. Se considerará (de nuevo) que la sexualidad de la mujer no debe ser tenida en cuenta. Lo importante es preservar la identidad sexual del hetero y no violentarla haciendo que comparta su baño con un homosexual. Así, gays y lesbianas se han quejado de dicha medida. Nos parece simplemente ridícula.

La vida te da sorpresas

En este sentido, existen precedentes donde los hombres heterosexuales se sienten violentados por «episodios homosexuales». Seguramente muchas de vosotras no lo sepáis pero, en las ciudades, los baños públicos de las estaciones de autobús son puntos calientes. Allí, suelen esperar hombres a la caza de otros. Básicamente buscan encuentros. Muchos hombres heterosexuales sorprenden a otro asomando su cabecilla por encima de la puerta del aseo o intentando ver su «cosita». 

Probablemente esta medida de los baños para gays y lesbianas tenga que ver con evitar este tipo de comportamientos. Comportamientos que, por lo demás, son excepcionales. Como gays y lesbianas debemos protestar contra esta medida que es, a todas luces, discriminatoria.