Ser mamás lesbianas es un orgullo doble, por mamás y por lesbianas, naturalmente. Esa doble condición aporta algunas ventajas que las hetero no podría soñar ni de lejos. Sin embargo, es posible (según se vea) que aporte algunos perjuicios que podrían ser fruto de haberse venido muy arriba. De haberse emocionado: de haberse flipado, en definitiva. Aunque todo es cuestión de gustos y del carácter de cada cual, las mamás lesbianas pueden meterse en un berenjenal muy serio. Hablamos, tal y como reza el título del artículo, en hacerse mamás lesbianas a la vez. Sí, ser mamás de mellizos, cada una con un retoño.
¿Es recomendable?
Tal y como ya dijimos en otro post dedicado a las mamás lesbianas, el embarazo es en general un proceso complejo. En efecto, la revolución hormonal a la que está sometida una mujer hace que pueda convertirse en un trance delicado. No queremos ponernos en plan alarmista, ni mucho menos. Sin embargo, puede haber momentos que se nos hagan difíciles.
En esos momentos es cuando tenemos a nuestra compañera al lado. De ella esperamos caricias y toda clase de atenciones. Las requerimos, sabiendo que tenemos motivos de sobra para pedirlo. En definitiva, el «porque estoy embarazada» puede convertirse en la frase más usada a lo largo de nueve meses por la susodicha. Es cierto que es un momento propicio para aprovecharnos un poquito.
Mamás lesbianas: ¿Qué pasa si están las dos embarazadas?
Puede ser que allí donde buscabas socorro te encuentres a otra «paciente» en lugar de un médico. Puede convertirse en una situación agónica que las dos estéis en una situación donde por naturaleza queráis ser las protagonistas y os veáis obligadas a compartir papel. Por otro lado, aunque al principio resulte bonito, posteriormente, cuando avance el embarazo, seréis menos capaces de brindaros ayuda la una a la otra.
Sois dos personas que la necesitarán: buenas estáis para darla. Así, ser mamás lesbianas es una gran idea. Ser las dos mamás lesbianas al mismo tiempo, puede que no. Consideradlo porque es bastante posible que la realidad durante esos nueve meses no se parezca a la idea romántica que teníais preconcebida.
¿Y si sientes envidia? 🙂
Conozco casos en los que una madre siente envidia de otra. Esto ya es el colmo. A veces a la madre no embarazada hay que consolarla diciéndole que ya llegará su momento. Mientras tanto, la otra diciendo «uy como eres» con una mano en la tripa en plan pachona. Contenta y regocijada en paz. Ciertamente, las situaciones que he presenciado de dos mamás lesbianas han sido graciosas al tiempo que entrañables.
Pero para mí mas graciosas que otra cosa. Aún así, NINGUNA de las mamás protagonistas se ha arrepentido después de haberlo hecho. Si tú y tu chica estáis pensando en hacerlo sólo quiero daros un consejo: pensadlo bien. Ser mamás lesbianas es un paso importante en general. Por otro lado, serlo las dos a la vez es ya un paso más importante todavía. Aún así, como todo en esta vida es cuestión de tiempo, seguramente que con el tiempo os riáis de los malos momentos y solo recordéis los buenos.
Esperamos que os haya divertido este post. ¡Reproducíos! Y dejadnos vuestros comentarios.
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