Las series de televisión son, en muchas ocasiones, una recreación de la realidad o, al menos, un intento de serlo. Sin embargo, los personajes LGTBI no se han visto casi nunca representados de forma realista. Con el paso del tiempo, las lesbianas hemos conseguido aparecer de forma más natural y positiva, aunque todavía falta mucho camino por recorrer en lo que a personajes LGTBI se refiere.
Muchas de nosotras hemos disfrutado buenos momentos frente a la tele viendo las peripecias de Maca y Esther en «Hospital Central», Pepa y Silvia en «Los hombres de Paco» o Rizos y Maca en «Vis a Vis». Todas ellas de la ficción española.
En la ficción estadounidense, es mítica la escena de Ellen DeGeneres en «Big Little Lies», donde reconocía abiertamente que era lesbiana. Otras series, como «The L Word», llegaron como agua de mayo para llenar la pequeña pantalla con protagonistas lesbianas «normales».
Estas mujeres ejercían diferentes profesiones, tenían los mismos problemas que el resto de personas y podían ser de cualquier clase social. Incluso, para el deleite de sus muchas seguidoras, series como «Orange Is The New Black», «Orphan Black» o «Sense 8» mostraban escenas subidas de tono en prime time.
La evolución de los personajes LGTBI
Los primeros personajes LGTBI se remontan a una etapa donde se les ocultaba y marginaba. Aparecían representados en contadas ocasiones y sus actitudes, gestos y diálogos eran sutiles y limitados. Por lo general, eran hombres con mucha pluma. Las lesbianas ni existíamos.
Con el tiempo, los argumentos de las series de televisión fueron incorporando tramas donde los personajes LGTBI reivindicaban la no discriminación por su orientación sexual. Era habitual un patrón marcado en el que el personaje se enfrentaba al rechazo de la sociedad e, incluso, de su entorno más cercano.
Comenzaron a aparecer algunas lesbianas pero seguíamos siendo casi invisibles. Las lesbianas aparecían como mujeres desperdiciadas o confundidas, que no habían encontrado al hombre adecuado. Casi siempre, las lesbianas tenían finales trágicos por la incapacidad de mostrarse como eran realmente.
La evolución de la sociedad y las leyes, como la aprobación en diferentes países del matrimonio igualitario, produjo un cambio. Este cambio se vio vio reflejado en la ficción y supuso una manera de normalizar al colectivo. Los personajes LGTBI pasaron de ser ridículos, anecdóticos o trágicos a interpretar papeles secundarios e, incluso, protagonistas.
Sin embargo, los personajes LGTBI aún siguen siendo residuales. Y mucho más en el caso de las mujeres. A pesar del avance en la presencia de personajes LGTBI en la tele, aún no son habituales. En muchos casos se siguen utilizando clichés. Los responsables de la ficción televisiva deberían apostar por guiones que no encasillen a gais y lesbianas.
Ya es hora de que las lesbianas sean protagonistas de historias normales, desarrolladas en cualquier esfera profesional y social. Queremos ver mujeres con roles fuertes, que vivan su orientación con normalidad y sin etiquetas. Todavía seguimos siendo invisibles. Y los personajes de televisión apenas nos representan. No todas somos reclusas ni vivimos atormentadas por nuestro pasado.
¿Para cuándo una serie donde se nos dé la visibilidad y normalidad que merecemos?
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