La sexualidad femenina es un tema que está en boga en el siglo XXI de forma especial. Esto se debe en gran parte a la lucha que por parte de las feministas se llevó de forma decisiva a lo largo del siglo XX. Hoy en día, aunque en muchos aspectos la sociedad actual es mucho más conservadora que la de el siglo XX (afirmación sorprendente pero que podría sustentar con argumentos) podemos decir que, aunque un poco, en materia de mujer se ha avanzado. Esto, vaya por delante, podemos decirlo de alrededor del 20% de la población. Para el 80% restante el papel de la mujer y en general de la sexualidad femenina sigue relegado a roles tradicionales. Hoy quiero hablaros de algunos casos extremos.
Sexualidad femenina: la cuestión de los roles
En esta entrada quiero proponeros dos documentales que he visto recientemente. Ambos tratan el mismo tema. Se trata de chicas que se ven obligadas a hacer de hombre. En efecto, en los dos países de los que trata cuando un matrimonio no tiene descendencia masculina una de las hijas debe asumir el rol de hombre. Por cuestiones culturales una familia no puede estar sin hombre.
Aquí se ve hasta donde llega la mentalidad conservadora del ser humano. Antes que cambiar comportamientos sexuados, cualquier cosa: incluso hacer pasar por chico a una niña. La sexualidad femenina queda en este caso relegada de nuevo a elección de terceros.
Qué conclusiones podemos sacar
Huelga decir que el trastorno sobre la identidad que se puede generar en estas desafortunadas chicas puede ser morrocotudo. Desde pequeñas son obligadas a comportarse y tomar las responsabilidades de los hombres. En lo que afecta a su sexualidad femenina, son obligadas en consecuencia a mantenerse vírgenes.
Esto, lejos de ser una prueba de lo necesario que es un hombre, muestra que el género y la sexualidad en general son cuestiones convencionales. Que una niña simplemente porque todo el colectivo social al que pertenece pueda interpretar un rol masculino ya nos quiere decir que lo que ella sea o como ella se comporte dependerá solo de lo que su sociedad considere como idóneo.
Sumamente rarificado
Naturalmente, el ambiente final de la sexualidad femenina resulta muy raro en estos casos. Con el pretexto de conservar unos roles tradicionales al final en países como Afganistán se genera una locura y una paranoia sin parangón. Digo yo, ¿no será más fácil asumir que solo tienes hijas? En el caso de Irán está permitida la transexualidad pero no la homosexualidad. ¿Consecuencia? Muchos hombres gays para poder estar juntos se cambian de sexo: ¡contra su voluntad!
Pero ¿esto qué es? No sé si estaréis de acuerdo, pero al final es peor el remedio que la enfermedad. Lo que quiero decir es que la sexualidad femenina es el centro de tantas implicaciones y tanto control que finalmente se la hace pasar por situaciones que van desde lo surrealista hasta lo ignominioso. Tal y como explicaban las gitanas lesbianas de las que hablamos hace tiempo.
El machismo está instaurado hasta para ser homófobos. Personalmente pienso que son los propios hombres quienes siembran la paranoia sobre la sexualidad femenina. En realidad el rol que ellos mismos se asignan es tan superlativo que provocan este tipo de situaciones. Espero que estos dos documentales os gusten tanto como a mí. Vais a flipar, os lo garantizo. Os invito a dejar vuestro comentarios.
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