Rumanía tiene una de las historias más apasionantes que pueden encontrarse en un país. Su privilegiada situación estratégica ha hecho que ese país deba vivir bajo distintas influencias y distintas culturas. Por un lado el llamado Imperio Otomano, del otro lado Rusia y del otro el Imperio Austrohúngaro cuando existía. El caso es que el tema de su historia ha sido complejo. El siglo XX no fue menos y Rumanía se vio involucrada en muchos casos en el meollo de muchas cuestiones. Sin embargo, a pesar de toda su identidad comparte algunas similitudes con el llamado «mundo eslavo» en general. Una de ellas es la visión que culturalmente muchas personas siguen asociando con las luchas y las cuestiones LGTB. 

Rumanía y su referéndum

La controversia ha surgido porque el gobierno de Rumanía quiere promover un referéndum. Dicho referéndum tiene un sólo objetivo: instaurar de forma legal en la constitución rumana el hecho de que un matrimonio es SOLO la unión entre hombre y mujer. Todo lo demás, se podrá decir de ello lo que se quiera, que nanai. El colectivo LGTB está que trina y de hecho está habiendo bastante movimiento en el país para tratar de impedir que se celebre dicho referéndum.

Podríamos decir que, si bien hay muchas personas que viven a la altura del siglo XXI, parece ser que en Rumanía el clima generalizado es bastante parecido al del mundo ruso. Cuando dedicamos un post íntegro a las Pussy Riot lo hicimos por algo. Esta cuestión va más allá del referéndum. Lo que intenta el colectivo LGTB de Rumanía es hacer que el gobierno no formalice una homofobia que puede estar instaurada en la sociedad. Es decir, no quiere que la política se convierta en un reflejo de lo que es sino de lo que debe ser.

¿Qué hacer?

Naturalmente, lo positivo es que un matrimonio se considere una unión de dos personas que quieren casarse voluntariamente. A partir de ahí el resto de connotaciones son religiosas. Y la religión es un credo, la ley no debería basarse en creencias sino en hechos. Sin embargo, al mismo tiempo, la política debe ser el reflejo y el horizonte, es decir, no se puede gobernar un país en función de lo que la gente piense aunque esté mal. Intentar evitar el referéndum es en este caso un acto de responsabilidad.

Constitucionalizar algo que, en muchos casos proviene de creencias infundadas y de convencionalismos conservadores no es buena solución. Hacer una constitución basada en las costumbres no es buena cosa. Una sociedad debe tender hacia delante, no basarse y hurgarse sólo en sus propios hechos.

Nuestro apoyo

Desde lesbiana.es apoyamos la lucha contra el referéndum. Si no recuerdo mal en Colombia pasó una situación bastante parecida con el tema de la adopción. Finalmente ganaron los conservadores, lo cual no es una buena noticia. Hay muchas veces que una persona piensa que hace el bien cuando en realidad está obrando con ignorancia.

Dios ni nadie ha dicho qué es un matrimonio, que por otro lado no es nada. No es más que una formalidad entre dos personas. ¿Qué *** le importa a nadie con quien se casen? Esperamos que el caso de Rumanía se resuelva favorablemente para las lesbianas y todo el colectivo LGTB.