Las relaciones abiertas son un tema que merece una entrada propia. Es de hecho una forma de relación cada vez más extendida, naturalmente, también entre las lesbianas. Sin embargo de entre nosotras nos existen aún muchos casos. En general, no existen muchos casos en las relaciones en general (fundamentalmente heterosexuales). Sin embargo, hay quien opina que son el tipo de relación del futuro.
Relaciones abiertas: algunos antecedentes
Digamos que el concepto de monogamia, aunque no es exclusivo de las sociedades católicas sí es un modelo que ha conseguido instaurarse con especial éxito entre las sociedades de dicho credo. Eso quiere decir que, el gran «éxito» que ha tenido la cristiandad ha sido el de naturalizar un tipo de relación que, a todas luces, debiera ser considerada como antinatural.
Si nos fijamos en otras sociedades, fundamentalmente las paganas, el tema de la sexualidad se trataba de otra manera. En Roma, por ejemplo, la infidelidad era más bien una cuestión que se medía por el estatus. En efecto, una infidelidad era pegársela a tu pareja con alguien de tu mismo estatus o superior. No lo era si lo hacías con gente de estratos inferiores. Sí, sé que esto cambió a lo largo de los distintos periodos de Roma.
Sin embargo, queridas puntillosas, lo que quiero decir es que no era algo tan rígido como en la actualidad. En ese sentido, nuestra sociedad, que tiene de sí misma un concepto tan «progre» es en realidad muy conservadora. La monogamia sigue siendo (incluso entre la gente más progresista) como un aspecto incuestionable. No sé por qué pero, donde otras cuestiones han sido abolidas o superadas, la monogamia (o el concepto actual de fidelidad) sigue imperando.
¿Estamos preparadas para romper moldes?
Sinceramente soy bastante excéptica respecto a ello. En muchos casos considero que vivimos en franco retroceso. Puede que, a nivel particular, haya personas que opten por abandonar la monogamia. Sé de casos de relaciones abiertas donde las cosas les van bien. Sin embargo, veo difícil extender esto a nivel social.
En parte porque precisamente se considera una cuestión del orden privado, doméstico. Es decir, no tiene por qué afectar a lo social y, en consecuencia, no hará que la sociedad cambie. Después de un leve análisis las personas con dos dedos de frente terminan reconociendo que una relación cerrada es irracional por muchos motivos. ¿Por qué he de renunciar al sexo o el disfrute con otras personas por tener pareja? ¿Por qué debo mantener ese egoísmo con quien lo comparto todo?
La cuestión es espinosa, sin embargo, muchas veces parece que la razón lo resuelve de manera sencilla. Es muchas veces el sentimiento puro y duro el que va en contra. ¿De verdad se puede tener sexo con otras personas y amar a una sola? Parece ser que hay personas que esto lo conciben como algo excluyente. «A quien amo es con quien me acuesto». Sin embargo, ¿tiene por qué ser así?
No tenemos datos disponibles sobre qué porcentaje de relaciones abiertas existen entre lesbianas. Sin embargo, sospecho que el número sería sorprendente. Y creo que lo sería a la baja. Hay quien sugiere que el amor entre mujeres trae de la mano un mayor nivel de implicación entre nosotras. Puede que sean simplemente prejuicios: ¿tú qué opinas? ¿puedes contarnos tu experiencia?
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