Ahora que ha llegado el mes de julio, muchas parejitas aprovechan para empezar el «año» profesional junt@s. Como es natural, muchas de vosotras estaréis probablemente en esta situación y, de hecho, si no es ahora puede que sea en septiembre. Así que con el propósito de ayudaros a hacer más fácil la convivencia con vuestras chicas, os ofrecemos algunos consejos. Cada una que los tenga en cuenta si quiere. Se trata consejos para convivir que son susceptibles de ser tirados a la basura. Porque cada una es como es, qué quieres que te diga.

Algunos consejos para convivir con tu chica

No te pienses que vivir juntas es vivir en el mismo cuerpo. Con demasiada frecuencia identificamos vivir en el mismo espacio con llevar una vida de siameses. Todo se puede volver especialmente agobiante si, además, trabajáis en el mismo sitio. El acaramelamiento inicial no tiene por qué ser intensidad excesiva. Las personas se agobian si estamos demasiado encima de ellas. Así que procura recordar que debes dejarla su tiempo de soledad y por supuesto, libertad. 

Colabora en el orden de la casa, y si ella no lo tiene organízalo. La cuestión del orden no es sólo una cuestión estética. En cierto modo, si vives con otra persona, el desorden es siempre algo ajeno. Es decir, cuando vives solo no ves tu propio desorden como algo insoportable. Probablemente, como la mayoría de las personas, seas muy benevolente contigo misma.

En consecuencia, o bien dejas de serlo contigo misma o no seas una tirana con los demás. Eso se llamaría egoísmo. Así pues, para contribuir a la buena marcha de la relación procurad que haya orden. Ya os digo que si no nada más que veréis el desorden de la otra persona y os agobiaréis. Igualmente, es bueno que tomes de vez en cuando la iniciativa y recojas tú misma. Es una buena sorpresa que ella llegue y encuentre decentes las cosas.

Cuestiones personales

Vamos a poner entrecomillado lo que todas hemos pensado alguna vez. Esas situaciones en las que la parte más simia de nosotras mismas aflora. Esos momentos en los que nos dejamos llevar por el más rastrero instinto animal. Cuando nos abandonamos a nuestra pereza disolutamente y, además, fingimos que es porque somos víctimas. Veamos algunos ejemplos para que entendáis a qué me refiero. Por supuesto, desaconsejamos seguir este tipo de comportamientos.

1.- Si dejas cualquier cosa sucia, no temas, ella lo recogerá.

Este es uno de los errores más frecuentes. Si te pasa a ti y eres tú quien lo hace ¡no lo hagas, condenada! Si es a ti a quien le ocurre, no lo permitas. El día número uno debes decírselo. 

2.- Si dejas cualquier cosa por en medio, no temas, ella lo recogerá.

Tampoco: lo dicho.

3.- «A mi no me molesta»

Por ejemplo, tal y como decíamos respecto al orden hay personas que pretenden escudarse en el hecho de que el desorden «no les molesta» con tal de no mover el culo. Esta técnica es especialmente graciosa. De fondo, se puede ver como de hecho pretenden convertirlo en una virtud. Como si fueran ermitañas al margen de este mundo superficial y lleno de convencionalismos que casi te hacen quedar como una Margaret Thatcher.

4.- Respeta el descanso

Despertarse de manera romántica, ya maquilladas, con un sol propio de la Costa Azul, en sábanas blancas y con más sonrisas que un anuncio de ortodoncia es inverosímil. La mayoría de los días no serán así. Si vas a despertar a tu chica, que sea en condiciones; ya nos entendemos. Si no es así, déjala dormir. La gente se levanta de mejor humor cuando su propio cuerpo les despierta. Naturalmente, nos referimos a los días que tengáis de descanso. Si es un día de trabajo y se ha quedado dormida despiértala, claro. Esperamos que estos consejos para convivir te hayan servido de ayuda. Para todo lo demás, que seáis muy felices.