La Audiencia de Palma ha dejado libres con cargos a los dos policías locales de Palma investigados por lesbofobia hacia una compañera lesbiana. Les impone también la prohibición de contactar o aproximarse a menos de 500 metros de ella. Los agentes que, se dedicaban a hacer chistes homófobos y, de manera muy «original», la llamaban «bollera de mierda», se enfrentan a penas de entre 4 y 10 años de cárcel.

La Fiscalía Anticorrupción ha solicitado para estos tres policías locales de Palma penas que van desde 4 años y medio hasta 10 años y 9 meses de cárcel. A los tres se les imputan presuntos delitos contra la integridad moral y lesiones. Según consta en la denuncia, acosaban a su compañera de trabajo. Además, se mofaban constantemente de ella por su lesbianismo.

El fiscal considera que los agentes para los que solicita la pena más dura se dedicaban sistemáticamente a «humillar, menospreciar y ridiculizar» a su compañera y que lo hacían «movidos por su odio y desprecio a la condición homosexual» de la agente.

 

El escrito de acusación de este caso hace contar los insultos y vejaciones a las que la policía local era sometida. Las constantes humillaciones consistían, entre otras cosas, en dirigirse a ella como «bollera de mierda». También le preguntaban si hacía de hombre o de mujer. Los comentarios se produjeron en las dependencias policiales, en presencia de otros compañeros, durante el servicio y en su tiempo de descanso. Según se ha sabido, también era frecuente que los agentes contaran chistes de lesbianas y hablaran de «tijeras» dirigiéndose a ella.

Pero no todo quedó en meras palabras. Al parecer era habitual que los dos agentes se dedicasen a desinflar las ruedas de su motocicleta e, incluso, en una ocasión mancharon su vehículo con huevos. Los hechos fueron denunciados por la agente ante su superior en 2009. Sin embargo, éste último, que también está acusado de lesbofobia, lejos de ayudarla, se burló de ella. Llegó incluso a sugerirle que se marchara a otra unidad policial, ya que ella era la verdadera causa del problema.

En 2016, la agente denunció ante los medios de comunicación la situación de lesbofobia de la que era víctima. Este hecho incitó, al parecer, los deseos de venganza de sus compañeros, que se dedicaron a desacreditarla. Llegaron a declarar que habían visto cómo maltrataba a un detenido. Incluso afirmaron haberla visto llevando a cabo otros actos intimidatorios, como el robo de su vehículo.

La Fiscalía Anticorrupción considera como agravante el hecho de que de que los policías actuasen motivados por su homofobia. Por todas estas acusaciones y las secuelas sufridas se les reclama una indemnización. De ésta, el Ayuntamiento de Palma debe responder de manera subsidiaria, más una fianza de 5.000 euros a cada uno de los acusados en calidad de responsabilidad civil.

Los policías se encontraban en prisión preventiva desde hacía más de seis meses. El juez desestimó la petición de libertad por los sabotajes sufridos por la agente y por las supuestas amenazas a una testigo. Sin embargo, ahora podrán salir en libertad a la espera de juicio. El tribunal considera que el riesgo actual para la agente es mucho menor ya que cuenta con protección policial. Aun así, los acusados tienen una orden de alejamiento.