Recientemente nos ha sorprendido la triste noticia de la muerte de otra lesbiana en Chile. Al parecer, un país que a todas luces podría pasar por uno de los más avanzados en cuanto a integración del colectivo LGTB vive un periodo de  auténtica pesadilla. Han sido ya varias las lesbianas que han sido asesinadas allí. Sin duda, cabe tachar los episodios como crímenes de odio. Esto agrava la situación y ha puesto en alerta a toda la sociedad chilena. Igualmente, en todas las latitudes del mundo las lesbianas nos solidarizamos con los familiares de la víctima. De paso, exigimos que se investigue lo sucedido.

No es un caso aislado en Chile

En concreto, Susana Sanhueza se suma a la lista de víctimas en el país meridional de Chile. El caso es espeluznante. Susana sólo tenía 23 años de edad. Aún así, el episodio se ha mostrado cruel y sangriento, ya que hay indicios de que la torturaron. Muchos colectivos, incluidos los del propio gobierno han tratado de quitarle hierro al asunto. Sin embargo, un solo caso es ya motivo de sobra para indignarse y pedir responsabilidades y justicia.

Tal y como ya comentamos en otros post, Sudamérica tiene un problema en este sentido. En efecto, muchas de las sociedades en las que tienen que vivir nuestras hermanas al otro lado del océano sufren aún de una situación de profunda homofobia. Totalmente incomprensible, ¿o no?.

Unos roles machistas donde la mujer es poco menos que un florero siguen prevaleciendo hoy en día. El seno familiar es en sí mismo una prueba de ello. Probablemente muchas de vosotras podéis dar cuenta de ello.

Todas hemos sido víctimas de trato sexista. Sin embargo, cuando el odio se produce por el hecho de nuestra orientación sexual la cosa va más allá. Todo se puede alimentar desde la infancia: en los niños se incentiva, en las niñas se asume. Jamás hay que pasar por eso. Simplemente no se puede consentir.

Agravantes del caso

El caso se agrava especialmente por los otros casos que han ocurrido. También en Chile, Pía Castro o Nicole Saavedra fueron víctimas durante el año 2016. Aún todos el colectivo LGTB y gran parte de la sociedad chilena están esperando un juicio justo. Es más, aún espera que se tomen medidas por parte de un gobierno que se ha mostrado inoperante. Patético, sin duda.

 

El perfil de los agresores no merece mucha mención. Probablemente serán unos pobres diablos que no tienen otro recurso que la violencia y la fuerza bruta. Es decir, son seres absolutamente despreciables en todos los sentidos, y sus actos lo refrendan. Desde Lesbiana.es queremos solidarizarnos con el caso. De paso, hacer un llamamiento a todas las lesbianas del Cono Sur y en general de Sudamérica y todo el mundo. No se puede dar ni un sólo paso atrás. Vivir en una sociedad enferma no es pretexto para dejarse infectar. Si no se pide justicia por este tipo de casos jamás alcanzaremos la plena garantía de nuestros derechos. Por lo demás, nada de asustarse. Nosotras somos más fuertes: en un mundo de hombres sobrevivimos y luchamos como jabatas.