Desde que hace poco os hablamos de Soy una Pringada, su éxito está siendo de vértigo. Quizás demasiado rápido y demasiada poca cosa. Soy una Pringada, tal y como os dijimos, ha empezado a colaborar para distintos programas. En ellos se le encomienda normalmente hacer una crítica con su particular toque de pesimismo y muerte y destrucción. Eso tiene gracia, pero como sucede la mayoría de las veces, lo que funciona en Youtube no funciona en TV. En gran parte porque el público es muy distinto y el formato también.

Soy una pringada y su discurso

Quienes ven Youtube suele ser gente joven. El contenido es, como se dice con un nuevo anglicismo random. Random quiere decir aleatorio, sin más. Pues bien, la cosa es que como la TV está de capa caída y en franca decadencia intenta sobrevivir a costa de los Youtubers. Se puede ver como los programas típicos de TV, a falta de ideas, intentan salvar el programa metiendo a un Youtuber. «No se nos ocurre nada… vamos a ver si el chaval o chavala este nos puede solucionar la papeleta». Y no funciona. De paso, deteriora la imagen de algunos Youtubers porque sus actuaciones suelen ser patéticas y forzadas.

De fondo lo que hay es un conflicto intergeneracional. Esto sucede en España, país de Europa, continente envejecido. La mayoría de seguidores de muchos youtubers españoles están en Sudamérica, que es un continente joven. España y sus medios siguen estando en manos de una generación que ya no sabe ni por dónde tirar. Siguen repitiendo las mismas cosas porque no tienen ideas.

Normalmente, tal y como nos enseña la historia, son los jóvenes quienes aportan ideas nuevas o nuevas formas de ver las cosas. Sin embargo, en España el relevo no termina de producirse. El formato y quién aparece en los programas sigue prescrito por el director de turno. Él no tiene el más mínimo interés en lo que una persona joven pueda decir. Le interesa captar al público joven que ni por asomo ve su programa y al tiempo toda la publicidad que meten.

Lo tétrico del caso

Pues bien, la aparición de Soy una pringada en el programa de Risto Mejide tiene todos estos componente. Hay que recordar que, en uno de los vídeos que os adjuntamos, la susodicha se metía a saco con la novia del susodicho. El otro día, sin embargo, tuvo una aparición espectacular que terminó con tintes patéticos. Dio un discurso (os dejamos en enlace) plagado de razón. Sin embargo, la voz de la experiencia, los dos señores que tenían en frente en seguida le quitaron hierro a lo que ella estaba diciendo.

Dijeron que «tenia que cambiar su actitud» como si eso fuera a resolver los problemas de los que ella – con toda la razón del mundo – hablaba. Después de decirle aquello sobre su actitud, básicamente le dijo «venga, sigue esforzándote». Suena como si le hubieran dicho «ve a tu cuarto a hacer los deberes«. Lo peor de todo es que ella contestó «vale», dejando claro que, debe plegarse al formato del programa donde Risto (el líder y presentador) tiene la última palabra).En definitiva, sonó a una generación expresando sus problemas y la otra obviandolos o quitando hierro a sabiendas que en gran parte es culpa suya la situación actual de los jóvenes. Os adjuntamos el vídeo y esperamos con muchas ganas vuestras opiniones.

AQUÍ el enlace, abajo aparece el vídeo. Por cierto, Dulceida también ha sido entrevistada por Risto. Dentro de poco hablaremos también de ello.