La actriz española Anabel Alonso afronta con toda naturalidad su sexualidad: «Llevo cuatro años en relación con una mujer». Así, tal cual, nos deja entre comillas sorprendidas. Ciertamente, Anabel Alonso, que denota carácter no solo en lo profesional sino también en lo personal, nos sorprende con el carácter de su revelación. Decimos, en efecto, que no nos pilla por sorpresa que lo haga así, como de pasada. Tampoco nos sorprende su orientación sexual. Según ella misma aclara, nunca lo ha confirmado ni desmentido. ¿Por qué habría de hacerlo?, pregunta sabiamente. Sí, nadie se ha interesado mucho por su intimidad a lo largo de estos años.

Ella tampoco ha soltado prenda, que digamos. Es el ejemplo perfecto de cómo se puede llevar la fama. La naturalidad con la que toma su homosexualidad y su cualidad de famosa es lo sorprendente. Lejos de hacer una salida del armario escandalosa, Anabel dice, sin más «soy lesbiana«. Ni siquiera eso, en realidad. Y sigue «nunca me he escondido en cuanto a mi orientación sexual«. De nuevo, da una lección en las narices de la prensa y los fans de la vida de los demás en general. Esta confesión sobre su orientación sexual es de libro. Por un lado, subraya que nadie se ha interesado por su vida y que, por cierto, pretende que sea así.

Cosas del ¿destino?

Anabel Alonso es sobre todo conocida por su brillante papel en la comedia Siete Vidas. En ella interpretaba a una lesbiana con mucho arte. Esto, que podría ser tomado como una premonición era para ella un papel que le venía como anillo al dedo, en realidad. Todo se produjo este pasado 14 de febrero. Al preguntarle cómo pasaría el San Valentín, Anabel confesó que aunque llegaría a casa después de trabajar y no había preparado nada, su chica le tendría una sorpresa preparada. Esperamos que fuese así.

Fue de esta manera como dio a conocer su noticia al mundo. Podemos imaginar la cara del periodista o la periodista al conocer la noticia. Probablemente pensara que debía haberse informado antes de que Anabel tenía pareja y que, para más inri, era una mujer.

La hora de la fanfarria

Quizás, que es lo que muchas personas han dicho a raíz de sus declaraciones, pensó que «lo sabía, pero no se acordaba». Ahora llega ese momento en que, tras despejar las dudas, o lo aclararlas del todo con una poderosa confesión como esta, todo el mundo se debate en si lo sospechaba, lo sabía o le sorprende. Personalmente no me debato por ninguna de las tres. Esto es lo que nos parece, hablando en plata, cojonudo en todo el asunto.

El salero de Anabel Alonso para decirlo de pasada. Analizándolo más en profundidad, la confesión de Anabel parece premeditada. No pretendo que se me malinterprete, voy más allá: sospecho que Anabel Alonso hizo esta confesión exactamente igual que cualquiera de nosotras se la hubiéramos hecho a una persona cotilla y maliciosa. Como diciendo: ya que vienes a cotillear, voy a darte más de lo que puedes asimilar, quiero que asimiles esta lección. Soy lesbiana, ¿y?