Vamos a hablar de esos pequeños amigos que pueden ser nuestros compañeros más divertidos según la ocasión. Los llamados vibradores discretos son excelentes aliados para nuestras fiestas más desenfrenadas. Son una excelente forma de darse placer sin que nadie lo note, pues puede pasar por cualquier otra cosa. Sin embargo, una excelente opción para las fiestas formales son las braguitas vibradoras.

Tal y como decía una canción de un humorista británico muy famoso dedicada a su chica, «hay un cierto gusto muy divertido en ponerme tus braguitas cuando vamos a cenar a casa de tus padres». Esto es lo mismo. Dichas braguitas son una excelente ventaja para cuando debemos ir a algún tedioso compromiso. La formalidad no debería estar reñido con este tipo de instrumentos. Y si acudís con vuestra pareja, más todavía. Solo debéis tener en cuenta que en medio de algún discurso, cuando se produzca un silencio de vuestra entrepierna no salga un leve sonido, como el de una moto de agua desplazándose a kilómetros a la redonda.

Un grandísimo regalo

Personalmente, creo que es uno de los mejores regalos que podemos hacerle a nuestra chica. Por varias razones que las más curiosas de vosotras ya sabréis. Es un instrumento personal que puede llevarse para el día a día. Es cómodo de transportar y de esconder. Debe ser una de esas cosas que llevarse a una isla desierta, sin duda. Además, la sensación que da no suele ser demasiado intensa, perfecta para el clítoris. Para qué hablar de los que tienen control remoto. Los llamados huevos vibradores, por ejemplo. Es muy divertido tener una el control y ponérselo a tu pareja.

La tendrás bajo tus órdenes y a tu disposición. Los vibradores discretos, tienen el diseño perfecto para estimular el clitoris. No causan dolor, precisamente. También la entrada de la vagina, que es donde más terminaciones nerviosas tenemos las mujeres.

Una de las opciones que más partido da

Otra razón de peso es su precio. Son realmente asequibles a cambio de todo lo que ofrecen. Podemos encontrarlos por 7€. La mar de monos y prácticos, ya con ese precio los hay para los gustos. Todo depende de cuánta afición tengáis por la tecnología y el vicio. Los materiales de los que están hechos son fáciles de limpiar (no son porosos) y además su diseño está especialmente pensado para pasar desapercibidos. Por ejemplo, tienen mucho éxito los vibradores discretos con forma de pintalabios. Es muy recomendable no confundirlos, por razones obvias. Evidentemente, los vibradores discretos son de uso personal e instransferible.

En fin, que los hay de todas las formas y tamaños. También existen para las más discretitas en cuanto a darse placer se refiere y para las más perversas. Tal y como os he dicho, a mi particularmente me gusta usar las braguitas vibradoras y los huevos a control remoto en reuniones especialmente tediosas. Digamos que ayudan a que una esté más en su mundo. Y si podéis, probarlo con vuestra pareja. Veréis lo que es tener el control remoto de una criatura que se retuerce de placer. Muajaja.