Hoy daremos una clase de Historia lésbica. La mayoría de las personas consideran la Edad Media como una etapa de oscurantismo, ignorancia e intolerancia. Sin embargo, gran parte de la Edad Media fue un periodo de amplia tolerancia y naturalidad. Sí, respecto a casi todas las cuestiones, incluida la sexual y el sexo entre lesbianas.
La cronología de los acontecimientos nos aporta un poco de luz sobre este tema. No fue hasta el Concilio de Trento cuando los matrimonios pasaron a ser de obligada publicidad. Un matrimonio pasó entonces a efectuarse bajo la supervisión de un representante de la Iglesia y su consentimiento. Hasta entonces, los enlaces se celebraban en la intimidad de la pareja. Normalmente intercambiarse algo bajo un árbol y pronunciar un juramento valían para considerarse como unidos. Hay casos documentados de matrimonios entre hombres. Matrimonios entre lesbianas por desgracia no, aunque haberlos los había. Lo sabemos por referencias indirectas en la literatura o canciones.
Igualmente, la homofobia católica es un rasgo que sufrió varios procesos: nunca fue tan incisiva. En nuestra sección de Historia lésbica lo vamos a explicar. San Agustín (lo de «San» es por decir algo) fue quien empezó. Inició la misoginia y la homofobia en el cristianismo. Hasta entonces, la incipiente comunidad cristiana había contado con miembros masculinos y femeninos en condición de igualdad (uno de los principales preceptos del cristianismo). De hecho, muchas mujeres eran santificadas en este periodo e, incluso, eran bendecidas parejas de mujeres que decidían retirarse juntas a la vida espiritual (no digo más). Esto cambió con el susodicho San Agustín, quien condenó la intervención de las mujeres en asuntos espirituales.
Sin embargo, más allá del concepto clásico de la Edad Media como un periodo de latigazos, cruazadas y muslos de ave en manos de un rey mórbido con melenas y la tripa llena de vino (con cítaras de fondo, por supuesto), la Edad Media era un periodo de una sorprendente tolerancia (al menos hasta el siglo XIV).
Ningún Comentario