Hoy daremos una clase de Historia lésbica. La mayoría de las personas consideran la Edad Media como una etapa de oscurantismo, ignorancia e intolerancia. Sin embargo, gran parte de la Edad Media fue un periodo de amplia tolerancia y naturalidad. Sí, respecto a casi todas las cuestiones, incluida la sexual y el sexo entre lesbianas.

La cronología de los acontecimientos nos aporta un poco de luz sobre este tema. No fue hasta el Concilio de Trento cuando los matrimonios pasaron a ser de obligada publicidad. Un matrimonio pasó entonces a efectuarse bajo la supervisión de un representante de la Iglesia y su consentimiento. Hasta entonces, los enlaces se celebraban en la intimidad de la pareja. Normalmente intercambiarse algo bajo un árbol y pronunciar un juramento valían para considerarse como unidos. Hay casos documentados de matrimonios entre hombres. Matrimonios entre lesbianas por desgracia no, aunque haberlos los había. Lo sabemos por referencias indirectas en la literatura o canciones.

Igualmente, la homofobia católica es un rasgo que sufrió varios procesos: nunca fue tan incisiva. En nuestra sección de Historia lésbica lo vamos a explicar. San Agustín (lo de «San» es por decir algo) fue quien empezó. Inició la misoginia y la homofobia en el cristianismo. Hasta entonces, la incipiente comunidad cristiana había contado con miembros masculinos y femeninos en condición de igualdad (uno de los principales preceptos del cristianismo). De hecho, muchas mujeres eran santificadas en este periodo e, incluso, eran bendecidas parejas de mujeres que decidían retirarse juntas a la vida espiritual (no digo más). Esto cambió con el susodicho San Agustín, quien condenó la intervención de las mujeres en asuntos espirituales.

Sin embargo, más allá del concepto clásico de la Edad Media como un periodo de latigazos, cruazadas y muslos de ave en manos de un rey mórbido con melenas y la tripa llena de vino (con cítaras de fondo, por supuesto), la Edad Media era un periodo de una sorprendente tolerancia (al menos hasta el siglo XIV).

El Código de Orleans fue la primera ley civil que condenaba los «actos lésbicos» en 1260. Esta ley se refería sobre todo a  la sodomía, pero también hacía referencia al sexo entre mujeres:
«Mujer que lo hace debe perder cada vez un miembro y a la tercera deber ser quemada«. Es una aberración de la que no se tiene constancia hasta 1260. Esto es una prueba de que la homofobia, lejos de ser un comportamiento o una manera de pensar «natural» es más bien fruto de una determinada construcción histórica cuyo precedente más remoto es San Agustín y cuyo reflejo en las leyes aparece por primera vez en 1260 (hasta donde sabemos).

¿Relatos lésbicos en la historia?

Pssst…la historia en este sentido también se vuelve a favor de los hombres. Los casos de «sodomía» entre hombres están mucho más documentados que los casos de sexo lésbico. De momento podemos adelantar que, en gran parte de las ocasiones, los conventos eran los focos les por excelencia. Sí, el amor entre mujeres y el sexo entre mujeres era el pan nuestro de cada día en los conventos. Hasta tal punto que hubo de aparecer una regulación expresa para la vida conventual.

Historia lésbica

 Entre otras cosas, se prohibía que las monjas durmieran juntas. También se las obligaba a que siempre dejaran una vela encendida para estar vigiladas todo el tiempo. Y muchas más cosas, pero en el próximo capítulo.
En los siguientes post de esta sección, Historia lésbica, trataremos algunos casos históricos de lesbianas que vivieron una aventura. Mujeres que se amaron en un tiempo en el que se jugaban la vida. Si os ha gustado, espero que estéis atentas. Esta sección pretende ser también un homenaje para ellas.
Que lo disfrutéis.