Uno de los momentos más felices que recordamos en toda nuestra vida es el momento en el que conocimos a nuestra pareja, el modo en que la conocimos, cuales fueron nuestras primeras palabras, donde fuimos en nuestra primera cita, el modo en el que nos enamoramos y cada lugar y cada palabra especial que ha sucedido durante el tiempo de nuestra relación y en nuestro amor entre lesbianas

Sin embargo, no todo es color de rosa en la vida de pareja. Y es que como todo el mundo sabe por su propia experiencia, en la vida en pareja no es oro todo lo que reluce ya que en nuestra vida cotidiana llegan momentos de dudas, momentos en los que querer dejarlo todo, y como no, todos estos malos momentos solemos pagarlos con quien más queremos, es decir, nuestra pareja.

Algunos  problemas que pueden surgir en las relaciones de amor entre lesbianas

En la vida de pareja hay una serie de problemas que se repiten en la mayoría de las parejas del mundo, también en las relaciones de amor entre lesbianas estos son los problemas relacionados con el trabajo de cualquiera de las dos partes, las amistades, los niños, las respectivas familias políticas, las amistades, las labores del hogar…

Cuando decides irte a vivir con tu pareja, hay una serie de aspectos que debemos tener en cuenta. Cada una de nosotras tenemos una serie de costumbres acorde a la educación que hemos recibido en nuestro hogar materno, por lo que lo que para uno es bueno, para otro puede no serlo. La realización de las tareas en el hogar suelen ser motivos de grandes disputas, y es que, aunque nuestra sociedad ha evolucionado cada vez más hacia la igualdad, aún hay muchas personas que se resisten a realizar según qué tareas.

Otro de los grandes problemas que afectan a las parejas suele ser la presencia omnipresente de las respectivas políticas. En ocasiones, estas familias políticas están muy presentes en la vida de la pareja, algo que en ocasiones puede molestar a una de las partes aunque la otra parte no vea tal mal en la intromisión o no de su familia, por lo que llega el conflicto entre las dos. Por estos y otros motivos, cada parte de la pareja debe dar en cierta medida su brazo a torcer en los conflictos para mantener la paz familiar.